lunes, 31 de diciembre de 2018

Juan Antonio Saco e Arce I


Juan Saco Maureso. "Don Juan Antonio Saco y Arce. Vida y Obras". En Gramática Gallega por D. Juan A. Saco y Arce. (Presbítero. Catedrático en el Instituto de 2ª Enseñanza de Orense). 2ª edición. Gráficas Tanco. Orense (José Antonio-20), 1967.


Casa do Saco. Outeiro-Alongos (Toén). Lugar de nacemento de Juan A. Saco e Arce

domingo, 30 de diciembre de 2018

Gramática Gallega

No ano 2018 cúmprense 150 anos da publicación da primeira Gramática Galega publicada polo ourensán Juan A. Saco e Arce.



Gramática Gallega por D. Juan A. Saco y Arce. (Presbítero. Catedrático en el Instituto de 2ª Enseñanza de Orense). Ed. Soto Freire. Lugo. 1868.

sábado, 29 de diciembre de 2018

El Poeta Halley

Acojo en mi hogar
Palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera
Examino cada jaula y allí
Ladrando vocales y consonantes
Encuentro sucios verbos
Que lloran después de ser abandonados
Por un sujeto que un día fue su amo
Y de tan creído que era
Prescindió del predicado
Esta misma semana
Han encontrado a un par de adjetivos trastornados
A tres adverbios muertos de frío
Y a otros tantos de la raza pronombre
Que sueñan en sus jaulas
Con ser la sombra de un niño

viernes, 28 de diciembre de 2018

Por el largo pasillo

"Comenzó la cantinela de corrido: "El Miño nace en Fuente Miña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense..." (...)

  Se fue pisando fuerte, marcado, por el largo pasillo. Resonaban las pisadas acompasando la cantinela: "El Miño... nace-en Fuente... Miña... provinica... de-Lugo... pasa... por-Lugo... Orense......................". "

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.116-118

jueves, 27 de diciembre de 2018

Terriblemente hermosa

"He visto caer a un hombre desde lo alto del Viaducto y estrellarse contra el pétreo pilar antes de llegar al agua. Ha sido una caída espectacular, terriblemente hermosa. Casi lo he envidiado, he llegado a pensar que yo podría, debería ser aquel hombre, aquella para mí tan precisa sombra. Porque nadie lo ha visto, nadie se ha apercibido; ni un grito ni un estremecimiento, ¡nada...!".

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.115

miércoles, 26 de diciembre de 2018

En aquella hora

"Estaban mirando el Puente Viejo, embellecido hasta lo inefable en aquella hora. De pronto, él se volvió y miró hacia el otro lado (no supo por qué lo hizo; luego trataba de explicárselo por el subconsciente deseo de ver los viñedos de Oira a la luz de aquel instante irrepetible). Vio caer a un hombre -tirarse- desde la enorme altura del Viaducto. Antes de llegar al agua, el cuerpo se estrelló contra la proa de uno de los pilares."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.113-114

martes, 25 de diciembre de 2018

Apenas unos instantes

"Salió hacia el río (piensa que es una costumbre que le ha quedado, cual animal querencia, del remoto amor adolescente). Por el camino se encontró con dos viejos amigos. Se fueron los tres por la carretera de Oira y llegaron hasta cerca del pueblo. (...) Al regreso se detuvieron un rato en el Puente Nuevo. El sol, ya en el ocaso, se dejó ver apenas unos instantes..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.113

lunes, 24 de diciembre de 2018

El día de Nochebuena

"El día de Nochebuena, poco antes de la hora convenida para la cena familiar, salió de casa con el pretexto de recoger unos apuntes en casa de un amigo, allí muy cerca.

  Se encaminó sin vacilación alguna hacia el río. Había niebla, una niebla densa, blanda, como algodón, que ponía en los labios un sabor ligeramente agrio; en las calles, las luces de las farolas componían pequeños ámbitos esféricos, como globos macilentos; casi no se distinguían las escasas personas que pasaban apresuradas, con las que él -sin duda- se cruzó.

 (En noches así, en las proximidades del río la niebla se espesa hasta tal punto que se tiene la impresión de vagar por una atmósfera irreal, una suerte de caos primordial, al margen del espacio, del tiempo...)

  Tal vez iba pensando que aquello era lo suyo, que al cabo regresaba al regazo materno de los cuentos; acaso, en el momento de arrojarse desde el Puente Nuevo, su conciencia no estaba ya en la circunstancia inmediata; traspuesto el umbral, aventurado con pasión el primer paso, se adentraba ya en la entraña insondable del misterio.

(...) escribió con letra firme: "Sólo quiero descansar de vivir".

....................................................................................................................................................................................porque la niebla es un reclamo del río, una apremiante llamada que sólo algunos -muy pocos- son capaces de comprender, incapaces de desoír..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.111

domingo, 23 de diciembre de 2018

Niebla / A modo de oración

NIEBLA

La niebla es cosa nuestra:
de la inmensa ternura,
de niños presurosos al salir del colegio,
de apretados hogares:
el brasero, la camilla, los sueños,
escribir con un dedo
tu nombre en los cristales... (...)

A MODO DE ORACIÓN

Te hablo a Ti, viejo Dios
en quien apenas creo,
en quien apenas puedo
creer...
Llega la Navidad.
Cada año recuerdo
las viejas Navidades,
su nevada ternura, su rocío
purísimo, su paz...
ya sólo imágenes, metáforas. (...)

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.108-109

sábado, 22 de diciembre de 2018

El más extraño y comentado

"El más extraño y comentado de cuantos suicidios tuvieron lugar en la ciudad fue el de un estudiante de veinticuatro años, alumno de la Facultad de Filosofía de Santiago, ya en el último curso de carrera; buen estudiante, inteligente, con fama de buen poeta, aunque pocos conocían sus poemas; tenía novia y parecía estar muy enamorado. (...)

  Su muerte fue una sorpresa para todos, incluso para los compañeros de curso, por más que durante el mes anterior a Navidad había dicho repetidas veces que el día de Nochebuena les daría una gran sorpresa; "¡Ya veréis!, vais a conocer el hondón de mis entrañas", y hacía con la mano un expresivo cuenco."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.107-108

viernes, 21 de diciembre de 2018

Amplias, beatíficas faldas

"El caso fue que una tarde cogió, como todas, su pequeña silla (la que le servía en las iglesias de reclinatorio) y, en vez de encaminarse al rosario, como cada día, se fue desde el Parque de San Lázaro, carretera abajo, hasta el Puente Nuevo. Allí, colocó la silla junto a la barandilla, se encaramó y, alcanzado que hubo la necesaria estatura, se dobló por la cintura, como si fuese a contemplar el agua, y se tiró de cabeza al río. Quiso la veleidosa fortuna que campanease en el aire y que sus amplias, beatíficas faldas se abriesen como un paracaídas retardando el descenso, amortiguando la caída sobre el agua, en la que quedó flotando unos momento, no lejos de la orilla y con tan buena suerte que un fortuito pescador tuvo tiempo de echarse al agua y llegar hasta ella cuando estaba empezando a hundirse.

  La atendieron en una casa de la ribera. No tenía más que un susto morrocotudo, y una de las primeras cosas que dijo al irse recobrando fue: "¡La silla!, ¡está en el puente!"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.106

El Puente Nuevo (ou Ponte Nova) de Ourense, inaugurado en 1918, cumple este año que termina su primer siglo de existencia.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Al vacío

"Había en la ciudad dos suicidas frustrados. (...)

  Fue durante uno de estos últimos cuando, un aciago día, al ir a llevar una maleta a la estación, al cruzar por el Puente Viejo, tuvo que hacerse a un lado para dejar paso a un camión, refugiándose en uno de los burladeros donde tenía puesto fijo un aciago mendigo al que le faltaban dos piernas. (...) Luego, tras tirar la maleta al río, registrarse los bolsillos y darle todo lo que en ellos llevaba (unas quince pesetas), apoyó sus manos en la barandilla y, de un salto, se arrojó al vacío. (...)

  Lo encontraron enseguida, pues había caído muy cerca de la orilla sobre un lecho de roca donde apenas hay metro y medio de hondura, e instintivamente se había agarrado a una peña inmediata."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.104-105

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Los puentes y la niebla

"Los puentes tentaban a los presuntos suicidas; los puentes y la niebla con su caótica apariencia. ¡Cuántas veces, en las noches nebulosas, a su paso por los puentes, los apasionados adolescentes, ávidos siempre de sensaciones nuevas, escuchaban su llamada secreta, tentadora...! (...)

 [se mete decidido en el agua; se va adentrando (en aquella parte, entre los dos puentes, el Nuevo y el Viejo, hay poca profundidad e incluso en invierno es posible llegar hasta casi el medio del río sin perder pie); el agua tira de él, lo hace vacilar; cae y aún trata de levantarse, de mantenerse, chapoteando a la desesperada, queriendo volverse atrás (oían sus gritos inarticulados, terribles), pero la corriente lo arrastra...].".

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 103-104

martes, 18 de diciembre de 2018

Seducida

"-¿Se ahogó?

 -Sí, se tiró del Puente Viejo. La vieron unos niños que salían de los Salesianos. Avisaron enseguida y bajaron unos hombres hasta la orilla pero ya no pudieron hacer nada.

  -¡Pobre desgraciada!, ¡Dios le haya perdonado!

  Era una criada de servir de diecisiete años; había sido seducida por un señorito e iba a tener un hijo.

  Al día siguiente afloró el cadáver junto al cercano pueblo de Reza. Los chiquillos que la habían visto tirarse del puente fueron hasta allá para presenciar el levantamiento del cadáver."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 103.

lunes, 17 de diciembre de 2018

La niebla

"Cuando esto ocurre varios días seguidos (...) a partir del segundo, al llegar la noche, su espesura es tal que la visibilidad se hace nula. La gente suele decir que "no se ve un burro a dos pasos"; algunos, los más pretenciosos, se atreven a sentenciar que "Orense parece Londres".

 En la niebla se desdibujan los perfiles, los rígidos, contumaces perfiles de las cosas; se emborronan, se difuminan sus límites, confundiéndose en un todo informe, amalgamado, maleable como masa, propicio ya a a la disolución, a la fluidez... Porque la niebla es un presente sutilísimo, un com místico anhelo del agua por anegarlo todo, por aliviar con sus manos piadosas las aristas, los filos, los heridos contornos de la ciudad."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.102

domingo, 16 de diciembre de 2018

Con su húmedo aliento

"La ciudad, constreñida por la angostura del valle, crece como dios le da a entender, mejor dicho, como los intereses privados le imponen, sin orden ni concierto, sin ton ni son; sólo hacia el Sur, aprovechando el respiro que la naturaleza le concede, se estira cuanto puede huyendo del río. Pero el río no la deja: la persigue. La niebla emerge de sus aguas y va ascendiendo como un humo turbio por las riberas, por los desmontes de las afueras, enredándose en los árboles, empapando los campos y el suelo terroso de los caminos arrabaleros, los desparramados desechos... y, pegándose a las paredes de las casas, se va deslizando subrepticiamente por calles, callejones, para aposentarse en las plazas y los jardines, invadiendo la ciudad entera, colándose incluso en el interior de las viviendas, cuyos cristales y espejos empaña con su húmedo aliento..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 101

sábado, 15 de diciembre de 2018

De tasca en tasca

"El poeta, ya lanzado, se fue a su casa a buscar la guitarra, pidió un taxi y se largó a cenar a Ribadavia, con el perro por supuesto. Cenaron opíparamente (el perro siempre costilletas y aguardiente) y en la sobremesa él cantó los obligados tangos, coreado por los destemplados ladridos del sabueso, que lo miraba con la tristeza propia de la especie, tristeza que el poeta, entre los vapores del vino y sus visionarias inclinaciones, empezaba a metaforizar considerándola ya como propiamente humana. Salieron de allí y continuaron rodando de tasca en tasca."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.98.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Cacéi unha lavandeira

"Fue la única vez que lo oyeron blasfemar. (La injusta compensación no llegó hasta dos días después, con una pulpada sensacional, en la que Casinó, ya como si nada hubiese pasado, despachó para sus insaciables adentros un caldero íntegro de pulpo en la Feria del Veintiuno).

  (...) Durante una larga temporada frecuentaron una tasca de las afueras, en el Campo de Mende, a orillas del Loña. La patrona había traído de una aldea en la raya de Portugal a una sobrina quinceañera que les llevaba los ojos a todos. La chiquilla era de una gracia y belleza poco comunes.

   (...) Por esta su lavanderil inclinación, solían cantarle una copla popular que le venía como anillo al dedo:

Paséi a Ponte da Loña,
paseina dunha carreira,
tireille un tiro a unha levre,
cacéi unha lavandeira."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.88-90-92

jueves, 13 de diciembre de 2018

¡Déjala correr, déjala correr...!

"Todos los años, el día de Santiago, coincidiendo con la fiesta patronal de uno de los barrios extremos, celebraban una comida extraordinaria que llamaban "la patronal", cabe suponer que en honor al santo, y que constituía un modelo en su género. Era una merienda-cena y el lugar del rito, un campo a la orilla del Miño, enfrente al de la fiesta del barrio. Antes de empezar a comer, con la ronda inicial de tinto, hacían un brindis que realizaban con litúrgica solemnidad. El más veterano alzaba su jarra y, mirando al cielo, exclamaba: "¡Dios es bueno! y ¿el vino...?", interrogación que todos coreaban acompasadamente: "Los vinos, todos buenos..." y, mirando hacia el río, "...el agua -que jamás has de beber- ¡déjala correr, déjala correr...!"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.85

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Lo dorado existe

"La tradición, sin base histórica fiable, atribuye al Miño una considerable riqueza aurífera en épocas remotas, de la que se derivarían los nombres de la ciudad y del vecino pueblo de Oira. Sin quitar ni poner rey, sea como fuere, lo dorado existe, más o menos simbólicamente, en el color de los vinos, que, si no constituyen una extraordinaria riqueza, contribuyen al modesto bienvivir de algunos cosecheros y, sobre todo, a razonar el exquisito humor de que gozan fama los habitantes de la ciudad."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.83

martes, 11 de diciembre de 2018

Cuando avistaban la ciudad...

"Se echaron a andar. Cantaban de nuevo: "Era una mañana / toda de cristal / Yo soñé embarcarme / rumbo al ideal..." Cuando avistaban la ciudad, empezó a lloviznar. El contacto de la lluvia los estimula. Se engolan las voces: "...rumbo hacia la playa / dorada y serena...". (Habían venido siguiendo el curso de un riachuelo; sólo entonces se dieron cuenta de que era un subafluente del Miño: el Sila, afluente del Barbaña).

***

 Años después, los paseos por la Carretera de Oira eran lentos, melancólicos... ya los viejos sueños los abrumaban como un inútil fardo apegado a sus espaldas."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.81

lunes, 10 de diciembre de 2018

Ningures

"La ida a "Ningures" constituyó una especie de segunda salida de don Quijote. Fue en el otoño del año siguiente al de la marcha del amigo. (...)

  -Pero, ínclitos amigos, ¡por todos los dioses grecolatinos!, ¡sois la leche! Para esto nos hemos pasado todo el puñetero día hablando de poesía y verdad, para que ahora me vengáis con que no sabemos el nombre del pueblo y que vamos a preguntarlo... ¡supina ignorancia, caros míos!, ¡mentecatez insigne!, ¡vamos a preguntar...¿qué?! ¡qué pueblo ni qué carallos! No estuvimos en ningún pueblo; no estuvimos en ninguna parte, porque a ninguna parte íbamos; estuvimos en... ninguna parte, en ningures; eso, en Ningures. (...)

  -¡Por Ningures y su poética verdad, denodada, esforzadamente perseguida a través de la noche, presentida en el misterio de las sombras, milagrosamente revelada en... una mañana toda de cristal!"

  Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.68-79-80

domingo, 9 de diciembre de 2018

Prescripto y proscripto

"Se reían a más no poder. Desayunaron y se dispusieron a salir con el vago propósito de llegar hasta Augas Santas. Se despidieron cordialmente del huésped, que les cobró una miseria, y se echaron a andar. Cantaban, con un aire de marcha del Frente de Juventudes, un viejo poema, ya prescripto y proscripto: 

Era una mañana
 toda de cristal (...)

No tuvieron que andar más que un kilómetro. Junto a la fuente, comieron y se quedaron toda la tarde, hablando, hablando incansablemente de todo lo habido y por haber (ya no se acordaban ni por asomo de Santa Mariña de Augas Santas)."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.75-76

sábado, 8 de diciembre de 2018

De peregrinación a Augas Santas

"Entraron en el pueblo. Olía a estrume y a humedad. El paisano llamó en una casa palmeando fuerte sobre la puerta: "¡Camilo, son eu!" y pidió posada para unos amigos que iban "de peregrinación a Augas Santas" (era lo convenido para no despertar sospechas, pues al día siguiente había fiesta en Santa Mariña). No tenían sitio, ni tampoco en las dos casas siguientes, pero en la última los dirigieron a otra donde era casi seguro que los atenderían."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.72

viernes, 7 de diciembre de 2018

"Ya empieza a quedarse"

"El día de la marcha fueron todos a la estación. De regreso, al paso por el Puente Nuevo, entre los atropellados comentarios con que trataban de enmascarar la emoción, alguien repitió una de las frases "sacramentales" del ausente: "¡Que no seas cabezota, hombre, que no seas bestia...!", y otro comentó: "Ya se fue. Se acabó". El poeta de "Finisterre", cual si el comentario se espejara en el remanso de la metáfora, sentenció: "Ya empieza a quedarse"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.67-68

jueves, 6 de diciembre de 2018

Efemérides célticas na cova

"Con el último verso, de acuerdo con el poeta, el dibujante con todas sus fuerzas voceó un aturuxo. El salvaje alarido se batió contra las paredes húmedas de la cueva, recio, desgarrado, cual símbolo donde se confundiesen el dolor y la fuerza cruel -verdadera- que desgajaba al amigo del entrañable grupo de los "Silenciosos". (El poema, publicado poco después en un periódico compostelano, lleva la dedicatoria: "Pra vós, en lembranza de efemérides célticas na cova do Refuxo")."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.67

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Aquel silencio

"Después, se fueron al "Refugio" para una última reunión de los "Silenciosos", con el firme propósito de no volver a poner los pies allí. Brindaron con el clásico tinto, chocando las tazas, sin decir una sola palabra. Se miraban a hurtadillas, emocionados. Nadie se atrevía a romper aquel silencio, el último común, el más hondo, el más entrañable de cuantos habían convivido. Fue el futuro religioso quien se creyó en la obligación de hacerlo y, con voz velada por la emoción, dijo: "¡A ver, los poemas!".

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.65

martes, 4 de diciembre de 2018

Vivero de cenobios

"Iban pendientes de localizar el Monasterio de San Esteban de Ribas de Sil, materialmente colgado en uno de los más altos picachos; hacían comentarios sobre la Ribera Sagrada, vivero de cenobios en el remoto y sugestivo medioevo; se encandilaban en un ingenuo ideal de ascesis...

  De aquel viaje -de los cursillos de Acción Católica y de los Ejercicios Espirituales que hicieron poco después- surgió la vocación religiosa de uno de ellos."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.63

lunes, 3 de diciembre de 2018

Lugares frecuentados

"Hicieron un viaje a La Coruña, a unos cursillos de Acción Católica. La vía férrea sigue el curso del Miño hasta Los Peares; allí, lo cruza para continuar por la orilla del Sil. Iban tres del grupo. No se cansaban de mirar el paisaje. Reconocían los lugares frecuentados en sus paseos. !¡Mira! ¡Allí! ¡Ahora...!". (...)

  Pasaron el viaducto de Los Peares y se adentraron en la cuenca del Sil."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.62-63

domingo, 2 de diciembre de 2018

Las primicias de la reciente vendimia

"Aquel atardecer de comienzos de otoño, desde los picachos de la cañada del Loña, era de una extraordinaria belleza. Habían ido a hacer un "magosto" (el pagano ritual del otoño incorporado por el Cristianismo como una fiesta religiosa más, cobijándola en el santoral al abrigo de la generosa capa de San Martín de Tours, patrono de la diócesis; en torno a las hogueras campesinas, a pleno aire, mientras se van asando las primeras castañas, se catan las primicias de la reciente vendimia, el vino nuevo, al socaire de cuya euforia se viven las iniciales experiencias dionisíacas: quien más, quien menos, todo el mundo se emborracha."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.58-59

sábado, 1 de diciembre de 2018

Unha anécdota de Blanco Amor

Como acaba de haber unhas xornadas sobre Blanco Amor e está de moda por “A esmorga”, voulles contar unha anécdota persoal. Digamos que eu era rapaz e non existía case nada de cousas que hai hoxe. Digamos que era 1978. Ou sería 1979? Non había gobernos democráticos nos concellos, nin galego no ensino, nin farrapo de gaitas deste mundo moderno democrático e autonómico. Eu, cos meus dezaoito anos, andaba enredado cunha “Comisión cidadá polas letras galegas” que organizara varias cousas: un concerto no salón dos Salesianos, outro infantil con Suso Vaamonde na Praza da Magdalena, un Manifesto e uns programas de radio. Eramos xente que non militaba no nacionalismo dominante senón na sopa de siglas que había daquela. Ou en nada. Por iso compartíamos ilusións. E na radio o trato era sinxelo: nós faciamos todo e eles prestábannos unhas horas de ondas ao redor do 17 de maio. A min, por estas afeccións, cadroume facer unha serie de entrevistas, xunto con Nacho López-Cid: a Celso Emilio Ferreiro no Hotel Padre Feijoo, a Ramón Piñeiro na Casa de Chocolate e, en cadansúa casa, a Xoaquín Lorenzo e Eduardo Blanco Amor. E non o día da entrevista senón outro que por alá volvín, don Eduardo contoume unha estoria que lle pasara cando volvera a Ourense, desde América, en 1965. Velaquí está.

viernes, 30 de noviembre de 2018

El silencio: una ronda obligada de tinto

"Era el tiempo de acumular experiencias, de exprimirlas hasta el máximo. Después de los paseos se reunían en el sótano de una taberna, que llamaban "El Refugio"; ellos eran "Los silenciosos"; rendían al silencio una suerte de culto, como ámbito o claustro germinal propicio a la fecundación del pensamiento creador; comentaban con pasión arrebatada las últimas lecturas, las músicas oídas por radio, los cuadros sólo conocidos a través de reproducciones. Los más adelantados descubrían los "ismos" vanguardistas, en muchos casos periclitados ya años atrás, antes de nacer ellos; se afilaban las filias y las fobias en el afán de alcanzar la claridad, una claridad que todavía deslumbraba, cegadora, sus miradas novicias. Al final, sacaban a relucir las propias creaciones (antes, brindaban por el silencio: una ronda obligada de tinto, que bebían con afectada solemnidad), porque todos hacían sus pinitos en los terrenos del arte: había un músico y un dibujante; abundaban los poetas, los más, prendidos aún en las brillantes redes del "modernismo", donde las imágenes del río era literal, literariamente surcadas por los cisnes rubenianos.

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.57

jueves, 29 de noviembre de 2018

Un nocturno de Chopin

"Una noche de finales de primavera, con el pretexto de una Adoración Nocturna (casi todos militaban o habían militado en las Juventudes de Acción Católica), se fueron hasta el Miño y estuvieron tiempo y tiempo allí, al borde del agua, sentados en las peñas de junto a Los Caños; había luna y un silencio que apenas se atrevían a romper; alguien comenzó a silbar un nocturno de Chopin; la música rielaba en el silencio, pareja a la luna sobre el agua; recitaban a Poe:

...pues la luna ascendente, dulcemente,
tráeme ensueños de Annabel Lee,
como estrellas tranquilas, las pupilas
me sonríen de Annabel Lee
y reposo en la noche embellecida
con mi siempre querida, con mi vida;
mi esposa luminosa Annabel Lee...

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.56

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Aroma

"La cañada del Loña se ensancha en el Campo de Mende, en torno al cual los montes componen una especie de anfiteatro, que en febrero, intrépido adelanto de la primavera, se llena de la luminosa expectación de las acacias, cuyos amarillos embriaga los ojos, el corazón,  cuyo aroma embalsama el aire, el paisaje todo hasta los últimos rincones."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.55

martes, 27 de noviembre de 2018

Belleza rústica incomparable

  "Llegaron a la presa que cruza el puente romano, de una belleza rústica incomparable, con su yedra colgante, de modo tan afortunado que se diría que alguien la hubiese colocado con el mayor esmero. Salieron del agua y se quedaron un buen rato contemplándolo. "¡Qué bueno!". "¡Extraordinario!". No se cansaban de mirarlo, de admirarlo; la yedra, colgando hasta casi tocar el agua; el arco, perfecto semicírculo, cuyas piedras en la parte central reducen su espesor hasta perfilar, desde la distancia, una línea pura; el reflejo en el agua, quieta, soñadora, completando el círculo ideal... "¡Extraordinario!". "¡Qué maravilla!". Tras una larga, intemporal contemplación, y haberlo cruzado, como para asegurarse de la materialidad de su existencia, siguieron río arriba.

  La cañada del Loña se ensancha en el Campo de Mende, en torno al cual los montes componen una especie de anfiteatro..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.54-55

lunes, 26 de noviembre de 2018

Apasionados, inquietos

"Los pasos por los caminos del Loña eran apasionados, inquietos, como el tiempo que entonces atravesaban; no se cansaban de descubrir rincones, perspectivas...

  La mañana de un domingo de comienzos de mayo se fueron río arriba, descalzos por el agua, desde la desembocadura hasta cerca del Embalse de Castadón; llevaban los pantalones remangados hasta más arriba de la rodilla y los zapatos colgados al cuello, enlazados por los cordones."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

domingo, 25 de noviembre de 2018

Los arrabales de la ciudad

"Ellos amaban los caminos, todos, y, sobre todos, los que tras haber rezagado los arrabales de la ciudad, donde todavía participan de un relativo urbanismo, orillan las escarpaduras del Loña, improvisados, haciendo verdaderos equilibrios para no perder pie. (Más tarde, años después, la carretera de Oira, tendida dócilmente a lo largo del Miño, plegándose a su voluntad mayor).

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.53-54

sábado, 24 de noviembre de 2018

Encogida, incómoda

"El valle es angosto. Se ahonda como un pasillo a la izquierda del río, entre colinas que sólo hacia el Sur lo dejan respirar un poco. El río lo cruza de Este a Oeste por el extremo norte, recibe en él dos afluentes, ambos por la margen izquierda: el Loña, a la entrada, y el Barbaña a la salida. Todas las del valle -las carreteras, el ferrocarril- bordean las márgenes del gran río o sus afluentes.

  La ciudad, encogida, incómoda en el estrecho regazo, en cuanto las lluvias y las nieblas le dan pie para ello, se despereza por las carreteras y los caminos de las afueras."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.53

viernes, 23 de noviembre de 2018

Orillar, entrever

"Él, ahora, solo, recuerda aquel día, los momentos anteriores al que la fotografía ha retenido de algún modo; recuerda el momento en que ella, al contemplar la perspectiva del Puente Nuevo y el Puente Viejo al fondo, desde la considerable altura del Viaducto donde están, dice con voz velada "¡Qué altos estamos!", y él responde, sin afectación, con naturalidad donde se confunden en verdad las circunstancias físicas y metafísicas, "Sí, estamos más cerca del cielo".

  Ahora, solo, definitivamente solo, piensa que han sido vanos todos sus esfuerzos por retener el amor, como si su vida fuese también un agua fluyente, apasionada, anhelando siempre quedarse en las riberas sosegadas que no le es dado sino orillar, entrever..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.50-51

jueves, 22 de noviembre de 2018

Del sulagado fondo

"A veces, el agua se detiene para contemplarlo todo, para copiar sus primeros sueños. Eso son los remansos; los lugares donde los arroyos se detienen a soñar sus primeros sueños. Van reflejando los árboles, los pájaros, las nubes..., entrañándolos en su hondura, en su memoria de agua, donde permanecen bajo el fluir de la corriente. Si uno se detiene, se queda con amor a la orilla de un arroyo, al costado de un remanso, puede sentir la belleza de todas estas cosas y cómo, a su conjuro, en su corazón la paz se aquieta, se ahonda, cual si el corazón fuera también un remanso donde todo se fuese reflejando, quedando; cómo del sulagado fondo va brontando un canto sin voz."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.49

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Sus suspiros anhelantes

"[Los arroyos son ríos pequeños, donde el agua salta y canta porque todavía ignora su amargo destino (los ríos grandes, como el Miño, que ya van sabiendo, pasan en silencio, pero si se escucha con amor pueden oírse sus suspiros anhelantes por quedarse en las riberas que van dejando a su paso: "Yo quisiera, quisiera..."); en los arroyos (el río de San Ciprián es un arroyo), en muchos sitios, los árboles juntan sus ramas de orilla a orilla, las entrelazan, como si se diesen la mano, formando arcos y bóvedas.]".

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.48-49

martes, 20 de noviembre de 2018

Si ti foras o regueiro

"Regresaban despacio, deteniéndose muchas veces, distanciándose las parejas. Se veía la mole del Puente Viejo, realzaba su belleza contra el poniente, los arcos como agrietados en el contraluz...

  Ella dice: "Me gusta el puente". En la mano estrechada, él siente los latidos apresurados, tensos, acordes a la intensidad del instante tan único. La emoción lo va colmando; llega hasta sus labios. Rompe a cantar muy quedo:

¡Ay, quén che me dera ponte
si ti foras o regueiro,

(El misterio de la copla va envolviendo a la muchacha, tejiendo con su melodía una trémula clausura que la aísla como una crisálida).

salgueiriño ao pé da fonte,
amieiral polo ribeiro...!

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

lunes, 19 de noviembre de 2018

El susurro dulcísimo del agua

"Al atardecer había unos instantes en que todo colaboraba a la revelación del prodigio: las orillas se diluían en la luz del crepúsculo; se ahondaban el silencio, la quietud; se sentían flotar, inmóviles, en un cauce irreal al margen de toda fluencia, como si el tiempo y el espacio hubiesen perdido sus dimensiones; las palabras eran innecesarias, vanas; se cogían las manos y se besaban a hurtadillas, rozándose apenas los labios; los suspiros planeaban sobre el susurro dulcísimo del agua..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

domingo, 18 de noviembre de 2018

A la par de la corriente mansa del estiaje

"Al final de aquel curso, el último del Bachillerato, empezaron a salir con las chicas en pandillas mixtas; iban de merienda a la orilla del río y allí, al arrullo del agua, comenzaban las escaramuzas de noviazgo. Luego, durante el verano, las parejas que habían cuajado hacían rancho aparte y se iban -todavía varias juntas- río arriba o río abajo, buscando los lugares donde escaseaban los bañistas; alquilaban barcas y se iban hasta el centro del río, buscando un total aislamiento, dejándose llevar por sus sentimientos a la par de la corriente mansa del estiaje."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

sábado, 17 de noviembre de 2018

La orillo pacientemente

 "En la décima de la trenza -ya muy posterior-, la imagen del río se perfila como un símbolo de aquel sueño fugaz, inaprehensible:

Como un gran río regresa
tu trenza, como un gran río.
El pensamiento sombrío
como un gran río atraviesa;
como un gran río, no cesa
de transcurrir su corriente.
La orillo pacientemente,
la rodeo..., vano empeño,
que jamás su errante sueño
se represa tras la frente."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.46

viernes, 16 de noviembre de 2018

Te irás con el agua de los días

"Te irás con el agua de los días,
te irás con todas tus palabras como pájaros...
Un hombre querdará eternamente encadenado a tu 
ausencia,
por las mudas orillas del recuerdo,
en aquel puente cotidiano para siempre.
Le crecerán, frondosas, la barba, la mirada
poblada de pájaros tristes y canciones purísimas;
por el cóncavo cielo de tu mano
revolarán las alas de sus sueños...
Tú -rotos todos los puentes de la ternura-
estarás sin orillas,
cada vez más distante..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.45

jueves, 15 de noviembre de 2018

Aglutinándolos

"Ella, tras un tiempo de indiferencia y silencio, comenzó a contestar a sus cartas. En las de ella, toda referencia era plural, sin dejar traslucir la mínima inclinación, lo qu los iba uniendo más y más, aglutinándolos, de modo que su vida toda giraba en torno a la casa - el puente, la orilla del río-, donde ella estaba casi siempre. Ahora bajaban con frecuencia a la orilla del río y paseaban bajo el muro de la huerta."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.44

miércoles, 14 de noviembre de 2018

"Estúpidamente por amores"

"Paseaban incansables por el puente, con la esperanza de verla asomarse a la galería, bajar hasta el muro de la huerta..., le escribían en común: largas cartas en las que, sobre todo, campeaba la lealtad de su litigio y donde siempre daban por sentado que ella sería para uno de los dos, sin admitir ni la más remota posibilidad de un tercero. (...) Y no comprendían cómo el profesor de Literatura del Instituto podía decir, refiriéndose a Larra, que se había suicidado "estúpidamente por amores"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.43

martes, 13 de noviembre de 2018

Lugares propicios

"Las riberas del Miño, por su belleza, son lugares propicios -proclives- a los sueños, al ensueño, al amor...

  Ella vivía cerca del río. Desde el Puente Nuevo se veía la casa: las galerías azules, la huerta, el  muro terminal... La huerta se escalonaba en bancales por la pendiente de la ribera y estaba contenida por un muro alto, abalconado sobre el río como un malecón; en las riadas, el agua rondaba el muro; a veces llegaba hasta él y lo acariciba con sus manos apasionadas, temblorosas..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.41-42

lunes, 12 de noviembre de 2018

El espíritu del río

"Pero la naturaleza lo asimila todo y acaba por imponerle su pauta, de modo que la mayor parte de los elementos urbanos están por completo identificados con el espíritu del río y en más de un caso no hacen sino resaltar su natural belleza; la del Puente Viejo casi no debe ponerse de ejemplo, porque es una de las mayores con que cuenta el río; en el valle, sólo comparable a la de los álamos de la desembocadura del Loña, enfrente de Oira."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.41

domingo, 11 de noviembre de 2018

Las riberas

"Las riberas del Miño a su paso por el valle de Orense están condicionadas por la presencia de la ciudad: las huertas y viñedos llegan casi hasta la orilla del agua (algunas casas están tan próximas que las riadas las alcanzan); hay tres puentes: el Viejo, el Nuevo y el Viaducto (de reciente construcción)."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.41

sábado, 10 de noviembre de 2018

Al río todo

""Vámonos, joder!,¡qué hostias hacemos aquí!" La voz tenía un tono acerado, agresivo, como si quisiese desafiarlos a todos: a ellos, al misterio insondable en que acababa de hundirse el noble camarada, al río todo, que seguía su curso, invariable, con lentitud dulcísima, ajena..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.39

viernes, 9 de noviembre de 2018

Ya en la orilla

"Aquel día, un día de principios de temporada (apenas apretaba el calor, apenas había gente en el río) fueron a bañarse a "Los Caños", una plataforma de cemento en la que se asentaban dos grande tuberías que hacían la traída de agua para la inmediata central eléctrica. Era un sito donde se bañaba poca gente, porque la profundidad era muy grande ya en la orilla. Aquel día estaban ellos solos, no se veía nadie por las cercanías."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.37

jueves, 8 de noviembre de 2018

"El río es libre"

"Las chicas apenas iban al río; sólo algunas, a sitios muy retirados y con alguien de su familia. Ellos las rondaban. "El río es libre", decían los armadanzas para justificarse ante los que se resistían a acercarse por timidez y los tachaban de "falderos". Pasaban ante ellas, nadando río abajo, cantando a voz en grito las canciones de moda; "...si me quieres matar, ¡miraméee"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.36

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Virilidad

"En el río iban haciendo el descubrimiento de sus propio cuerpos. Se avergonzaban pudorosos de sus formas casi neutras todavía y, para vencer la timidez, hacían alardes de virilidad diciendo procacidades: "Tienes piernas cachondas, de furcia (era como solían llamar a las prostitutas). Me dejas que te las magree". "Sí, toca cabrón, toca, ¡ya verás que gustazo te va a dar"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.34

martes, 6 de noviembre de 2018

Rumoroso, espumante

"Por la tarde, en el Instituto, presumían ante los compañeros: "Nosotros fuimos esta mañana, y ¡está buenísima!".

  Por mayo, iban ya casi todos los días. El río venía muy crecido todavía, pero en las presas de los molinos se atenuaba la corriente y no había peligro si no se acercaba uno al extremo por donde rompía el cachón, rumoroso, espumante."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.33

lunes, 5 de noviembre de 2018

"Como el caldo"

"Un año fueron por primera vez ya la víspera de San José; fueron a la Pozanca de San Juan, una pequeña charca, bastante profunda, que tras el invierno se formaba cada año en medio del gran coiñal del Miño y que algunos resistía todos el verano sin secarse. Allí, el agua estaba siempre más templada; en el verano "como el caldo", decían."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.33

domingo, 4 de noviembre de 2018

"En pelotas"

"Ahora ya iban a bañarse solos. Al principio, a hurtadillas, como antes los hermanos mayores. Empezaban muy pronto, durante los últimos meses del curso escolar; no se atrevían a ir al Miño, que todavía bajaba muy hinchado por las lluvias y el deshielo; iban a los afluentes: el Loña, el Barbaña, y sse bañaban desnudos, "en pelotas", decían."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.32

sábado, 3 de noviembre de 2018

Un nutrido archipiélago

"se bañaban en las peñas de enfrente, donde ya en la orilla había mucha profundidad -"cubre", decían ellos-, porque todos sabían nadar. Venían río abajo y, al pasar frente a ellos, gritaban: "¡Don Felipe, don Felipe...! y, cuando él miraba, se zambullían dejando las nalgas fuera, y se veía un nutrido archipiélgo de culos en el centro del río."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.23-24

viernes, 2 de noviembre de 2018

El agua

"Algunas veces se atrevían ya a bajar a la orilla del río para ver el agua de cerca. Cogían en el coiñal pequeños cantos rodados -los más planos- y jugaban a "cortar la corriente". Las piedras, habilmente lanzadas a ras del agua, la tocaban  intermitentemente, a saltos sobre ella, como si rebotasen contra el plano ideal de la superficie fluyente. Iban contando los saltos -"uno, dos, tres..."- al principio muy distantes, tocando apenas el agua..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.27

jueves, 1 de noviembre de 2018

Bajo los propios arcos

"Por las cercanías del Puente Viejo -en el campo de los Remedios, bajo los propios arcos- acampaban los gitanos. Ellos los miraban con una mezcla de miedo, reminiscente de los todavía cercanos "cocos" infantiles, y envidia de su vida anárquica, libérrima, tan ajena al riguroso, invariable orden familiar de sus hogares."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.27

miércoles, 31 de octubre de 2018

¡Limosna ao ceguiño...!

"Desde ella se veían extrañas perspectivas del puente: la pared interior del gran arco central, aplomada su curva sobre el agua, arrastrando la mirada en su caída; el enorme tajamar, afilando contra la corriente su pétrea proa, en cuya plataforma crecían verbajos y pequeños arbustos dándole una singular apariencia de islote, un islote solitario en el que se arriesgaban -ahí sí- a aventurar sus sueños más intrépidos.

  En los burladeros tenían sede los mendigos, que voceaban sus salmodias con monotonía paralela a la del río, orillando la indiferencia de los transeúntes: "¡Apiádense del desgraciado! ¡Nunca así se vean! ¡Limosna ao cego! ¡limosna ao ceguiño...!"

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.26-27

martes, 30 de octubre de 2018

Como un yugo gigantesco

"Al poniente, un elemento más del crepúsculo, se veía el Puente Viejo, con su piedra oscurecida, melancólica, empinada su achacosa joroba sobre la gran ojiva del arco central. Al Puente Viejo iban pocas veces, porque el pretil de piedra era alto (tanto como sus menguadas estaturas) y les dificultaba la visión del agua. Pero tenía varios burladeros coronando como atalayas los imponentes torreones de los pilares: pequeñas plazoletas semicirculares al borde de la estrecha calzada -sobresaliendo de ella, proyectándose en avanzadilla sobre el agua- guarnecidas de frágiles barandillas de hierro que componían con el recto pretil una línea mixta, como un yugo gigántesco."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.26

lunes, 29 de octubre de 2018

Su entraña

"Ahora iban a ver el río muchas veces. Se acodaban en la barandilla del puente y miraban pasar el agua, incesante, monótona, que les producía una especie de hipnosis; acababan por sentirse avanzar sobre ella y jugaban a los barcos: "¡Ah del puente!, ¡un hombre por la borda!", y escupían; los salivazos caían aplomados, lentos, "por cámara lenta", decían, y ya cerca del agua se curvaba su vertical siguiendo la dirección de la corriente, como si ésta los atrajese, los poseyese ya antes de sumirlos en su entraña."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.25

domingo, 28 de octubre de 2018

La riada

"En los puentes, la riada tenía su altímetro natural. Unos señores comentaban: "Hace cinco años llegó hasta los hierros". (¡Cinco años!, la mitad de su tiempo, casi todo en realidad, porque la memoria no abarcaba mucho más). En el encuentro frontal con los pilares, el agua se represaba y luego, al flanquearlos, se la veía salvar el desnivel precipitándose por el vano como por un tobogán, al modo de los cachones, horadándose con la fuerza de la caída, dando lugar a que se viesen las entrañas sucias, desaliñadas, de la riada."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.25

sábado, 27 de octubre de 2018

¡Buen viaje, quiriño!

"Se veían a lo lejos los viñedos de Oira completamente anegados; venían aguas abajo ramas y arbustos en profusión; de vez en cuando, también algún animal. Ellos tenían su punto de control en la curva de la lejanía; desde allí los miraban venir, vigilando atentamente su trayectoria, al acecho del emocionante momento de su paso bajo el arco del puente. "¡Ahí viene otro!". El cerdo se iba deteniendo momentáneamente en los accidentales remansos (se veía girar el vientre blancuzco, abarrilado); luego se reincorporaba a la corriente. En el momento de pasar bajo el puente, le gritaron: "¡Buen viaje, quiriño!".

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.24

viernes, 26 de octubre de 2018

El agua

"-¡Viene el río crecidísimo!

 -Sí, se le hincharon las narices.

 -¿Vamos a verlo al salir de clases...?

  Se iban a ver la riada. Ya antes de avistar el río, se oía el fragor atronante, poderoso. El agua, de color achocolatado, decían, rebordaba el cauce normal y se adentraba en las huertas y fincas de la ribera; en algunas llegaba hasta las casas inundando los sótanos."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.24

jueves, 25 de octubre de 2018

Traidor

"Un año, el día de San Antonio, en una de las presas se hundió una barca donde pasaban su tarde libre un grupo de criadas. Se ahogaron casi todas, llevándose consigo al barquero, que era el único que sabía nadar. Aunque esta tragedia fue algo excepcional, lo cierto es que no hay temporada veraniega en la que no se ahoguen dos o tres bañistas, en más de un caso excelentes nadadores, porque, como suelen decir las madres para atemorizar a los hijos desobedientes, "el Miño es muy traidor"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.23-24

miércoles, 24 de octubre de 2018

Su tributo

"El agua  se represa en muchas partes para su aprovechamiento en las faenas molineras. Allí discurre con mansedumbre tal que la mirada apenas es capaz de acusar su movimiento; luego, tras desflecarse el borde de la presa, cuando se desmelena cachón abajo, su espumación es de una blancura inmaculada.

  Pero toda esta idílica apariencia tiene un trasfondo trágico, porque el río, sin contemplaciones, cobra su tributo en vidas humanas, aparete de los animales que arrastran las riadas."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.23

martes, 23 de octubre de 2018

El fondo

"Las aguas del Miño son claras, cristalinas; aun en zonas bastante profundas, en muchos puntos dejan ver el fondo. Sólo en las imponentes riadas de comienzos de primavera y en las de las tormentas veraniegas toman un color arcilloso que, en primavera, suele durar varios días; en verano, raras veces pasa de las veinticuatro horas; después, como si quisieran resarcirse, se aclaran hasta un extremo inverosímil, que es una alegría para los ojos y una auténtica delicia para los abundantes bañistas, que pueden bucear a placer."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.23

lunes, 22 de octubre de 2018

El primer recuerdo

"Es probable que el padre quiera bañar al perro o, a lo mejor, van simplemente de paseo; no puede precisarlo; no puede precisar casi nada, porque éste es uno de sus primeros recuerdos -el padre, él, los dos hermanos, el perro, marchando todos por el coiñal-, el primer recuerdo del Miño, de cuando el Miño no era más que una línea azul, vagamente sinuosa, discurriendo dócil por el brillante mapa polícromo del Colegio, entre la invariable salmodia: "El Miño nace en Fuente Miña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense..."."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.21

domingo, 21 de octubre de 2018

Algunos domingos

"En el río grande no se bañaban más que algunos domingos, cuando iban en familia a comer o a merendar allí mismo, a la orilla del agua. Se bañaban en la pequeña presa del molino, donde el agua, clara, cristalina, les daba por la cintura. Allí, remedaban las aventuras de los hermanos mayores; las fabulosas aventuras en el ignoto, anhelado río Miño.

 Un día, al fin, fue con el padre hasta el Miño. Iban también los dos hermanos que le precedían en la larga formación familiar. Llevan un perro, un perro del padre, que también es cazador. Van por el coiñal, andando con dificultad sobre los cantos rodados."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.21

sábado, 20 de octubre de 2018

Truchas aún vivas

"Y el Miño se confundía en sus sueños con todos los ríos maravillosos en los que el padre pescaba los domingos, en remotísimos lugares cuyos nombres se cernían como un arco iris sobre su asombro: ¡Casares, La Arnoya, La Gudiña, Puebla de Sanabria, Casayo...!; los ríos que palpitaban emocionadamente en la tina de zinc del fregadero, en la cocina de la vieja casa, cuando el padre llegaba de sus pescatas y les traía truchas aún vivas."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 17

viernes, 19 de octubre de 2018

Puente Nuevo


"Ellos fueron una vez de paseo con el padre por la carretera del Puente Nuevo y vieron el río de lejos, pero luego se olvidaron y lo confundían en el recuerdo con los regatos de la aldea (...) Pero aquí, en Orense, el río era algo fabuloso, temido aún y ya deseado, cuya aurora incipiente los deslumbraba ya a través de los frondosos comentarios de los hermanos mayores."

         
  Julio López Cid,   El Río, pág.17, Duen de Bux, Ourense 2008

jueves, 18 de octubre de 2018

A hurtadillas

"Desde la terraza se veía el río, lejos, reluciendo entre los verdes de la distancia; sólo la Hermana y los mayores; los pequeños no conseguían localizarlo: su mirada novicia se quedaba rezagada, temerosa, en una proximidad muy cercana porque se extraviaba al aventurarse por la lejanía.

  Los hermanos mayores iban a bañarse al río, a hurtadillas, a pesar de las recomendaciones, de los terrores maternos: "Un día me vais a dar un disgusto. No quereis escarmentar en cabeza ajena, y ya escarmentaréis en la vuestra", y un día sacaron al hermano mayor medio ahogado: había apostado que pasaría el río cuatro veces seguidas sin descansar y le dio un calambre en una pierna mediada la tercera vuelta."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 16-17

miércoles, 17 de octubre de 2018

Ahora, yo era el Miño

"Había un mapa grande en el suelo de la terraza del Colegio, a donde a veces subían durante el recreo, un mapa delineado en rojo con un trazo grueso contorneando el litoral de la península y, dentro de él, las provincias. No tenía ríos. Los niños jugaban: "Ahora, yo era el Miño" y, uno a uno, iban haciendo el consabido recorrido con minuciosos cuidado, poniendo un pie delante de otro..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 16

martes, 16 de octubre de 2018

Orense

""El Miño nace en Fuente Miña, provincia de Lugo..."
Al terminar la clase, antes de salir al recreo, los niños se acercaban al mapa y recorrían la trayectoría del río con sus dedos casi siempre sombreados de tinta, enmascarados de yeso. Uno de ellos detiene su índice sobre el círculo negro junto al cual, con mayúsculas, está escrito ORENSE y afirma sus palabras contra el bullicio general: "Aquí-estoy-yo". La Hermana, levantando el pulsero en ademán ingenuamente amenazador, sentencia: "No toquen ahí con los dedos. Me lo ponen todo perdido".

            Julio López Cid, El Río, pág.16, Duen de Bux, Ourense 2008

lunes, 15 de octubre de 2018

La minúscula inmensidad azul

"El puntero resbalaba sobre la superficie brillante, encerada, con una vaga apariencia de mansa corriente, deteniéndose un instante en los puntos importantes -Lugo, Orense, Tuy-, señalados con un círculo negro, para fijarse en la minúscula inmensidad azul del Océano..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 15

domingo, 14 de octubre de 2018

La salmodia

""El Miño nace en Fuente Miña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense y Tuy, y desemboca en el Atlántico, en Camposancos, entre Camiña y La Guardia, haciendo frontera con Portugal":

  La salmodia oscilaba con la monotonía de un péndulo, la monótona regualaridad de un péndulo, mientras la Hermana, con el puntero, iba siguiendo la línea azul, torpemente sinuosa, con que el río discurría dócil por el mapa polícromo."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 15

sábado, 13 de octubre de 2018

Vai caladiño

"Río Miño,
vai caladiño
non me despertes
ó meu miniño"

Popular

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 15

viernes, 12 de octubre de 2018

Un concurso

"El Río lo escribí durante el otoño, aunque es posible que el proceso de escritura se hubiese adentrado en el invierno y año siguientes. Por lo demás, es difícil recomponer ahora los motivos que me llevaron a escribirlo, aunque es muy probable que fuese simplemente la noticia, que a saber quién me comunicó, de la convocatoria de un concurso de novela en Galicia."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 9 ("a modo de prólogo")

jueves, 11 de octubre de 2018

Un ensayo de novela sin personajes

"Desde finales de la primavera de 1960 hasta comienzos de la del año siguiente, viví en Los Milagros, convaleciente de una grave operación de tórax, una de las etapas más gratas de mi vida, que fue además la más fecunda de mi vida literaria. Allí escribí, y en cantidad considerable (cantidad que- no hace falta decirlo- no garantiza en absoluto la calidad de lo escrito), de todo un poco, incluso un ensayo de novela sin personajes, es decir, con un solo personaje, un río, que da nombre a la novela, El Río."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág. 9 ("a modo de prólogo")

miércoles, 10 de octubre de 2018

Julio e o Río

Las Cuevas de Sésamo, na Calle del Príncipe de Madrid, eran unha sorte de imitación, nos anos cincuenta do século XX, das caves ou subterráneos que se puxeran de moda no París existencialista da década anterior e nalgún dos cales cantaba, de negro para o mundo, Juliette Greco, tan pouco dotada de graza. Nas paredes de Sésamo figuraban citas literarias en todas as linguas imaxinabeis menos o galego, o vasco e o catalán, porque aquel Madrid, coma este, vivía con feroz intensidade o odio ao pluralismo nacional. Por alí caiamos algunhas noites para trasfegar uns cubas libres (no argot do meu grupo recibían o nome de chanqueiros, o cal terminaron por aceptar numerosos camareiros manchegos de antano). Un pianista repasaba en Sésamo toda a canción francesa e italiana contemporánea e soía facernos caso cando lle pediamos o Macky Coitelo da Opera de non sei cantos Patacóns por Weil e Brecht. Había por alí algunha xente comunista que aplaudía.

Fallaban os da empresa o Premio Sésamo de conto e as votacións eran comunicadas polo altavoz en plan moi intrigante. Un ano (1959, coido) presentei, traducido ao castelán, un meu conto titulado "O Suso", que está ambientado na beira do río da Barbaña de Ourense. Non se levaba daquela a fantasía senón o realismo tenro do cal era mestre o probe Lalo Azcona, que soía facer vida no Café Varela aínda que, por veces, tamén era visto e ouvido en Sésamo. O meu conto chegou a finalista e mesmo Xulio Maside chegou a emocionarse comigo e cos outros camaradas que me acompañaban.

Pro o premio foi para Angela Ionesco, unha muller nova coa que eu tiña gulapeado algún gin-fizz no Café Teide e que, se non me falla a memoria, era xornalista de oficio. Moitos anos máis tarde "O Suso" foime moi eloxiado por Eduardo Blanco Amor quen me dixo que tal conto lle dira a idea para escribir Os biosbardos, sobre graxos infantís e xuvenís de Ourense coma o meu protagonista.
Tamén me quitei a espiña porque, ao ano seguinte, o Premio Sésamo lle foi outorgado a Julio López Cid, excelente escritor ourensano en castelán que batizado na pía de Santa Eufemia, aquela que ten propiedades artístico-literarias e que meteu na igrexa católica romana os naipelos Risco, Otero Pedrayo, Blanco Amor e os pintores Quesada, entre outros notabeis neófitos que logo persistirían ou non na Fe. M. Anxo Murado seica é tamén Sésamo.

Souben non hai moito de Julio López Cid, finísimo narrador e evocador en castelán, por unha nota necrolóxica maxistral e conmovente sobre a figura do Manaicas, quen fora o noso ídolo de nenez polas súas aventuras descomunais e só comparabeis ás do Capitán Marvel ou Maravillas que nos vendía a Viúva de Lisardo. Agora acabo de ler unha novela moi breve e bela de Julio sobre Ourense e o seu río, xa non a Barbaña senón o Miño. Titúlase precisamente El Río (Ed. Duen de Bux, Ourense) porque o protagonista é el, o río grande e temíbel que pasa so a ponte dos suicidios e cuxos remuíños nos poden afogar en pozos do Inferno ou pegos sen fondo. As vidas e as mortes técense e destécense na narración e unha atmósfera de nostalxia invade a alma do lector, sobre todo se este é ourensan e regresa, nas palabras precisas e Julio López Cid, ao centro de si mesmo.

Seguiremos falando de El Río.

Xosé Luis Méndez Ferrín. Artigo do Faro de Vigo do 28 de abril de 2008.

El Río, de Julio López Cid.

El Río. De Julio López Cid. Ed. Duen de Bux. Colección "La Letrería", nº 1.  Ourense, 2008. Págs. 120. Fotografía de cubierta: Mani Moretón. Diseño: José Luis Cofán Vidal. Impresión: Gráficas Rodi (Ourense).

Julio López Cid, escritor ourensano, que desde 1971 vive en Ferney-Voltaire (Francia) escribió esta pequeña obra en los años 60, pero estuvo inédita hasta ahora. En aquellos años la obra se entrego a la editorial Alfaguara para publicarla, pero el caso es que quedo sin publicarse.
El único personaje de la obra es "el Miño a su paso por Ourense, como irrepetible sueño de una ciudad reflejado en irrepetibles aguas", en palabras del autor.

La obra de Julio López es reducida, pudiendo citar El Umbral y el relato ¡Pobre Celso!, en una antología catalana de 1975, además de las breves evocaciones de la infancia de Puente Sobreira (La Gaya Ciencia, 1987) y Última Cena (Autófagas, 2002).

martes, 9 de octubre de 2018

Duen de Bux


Editorial constituída en xuño do ano 2000, con sede en Capitán Eloy nº9-1º, fundada por Alfonso Prada que estaría ao fronte até os primeiros días de xullo de 2017, cando a súa morte remataría con este interesantísimo proxecto literario ourensá.

Con edicións moi coidadas, a historia ou a arte eran eixes fundamentais na súa produción. Desde 2008 inician a súa colección literaria, baixo o nome de “La Letrería”, dirixida por José María Pérez Álvarez, “Chesi”. O seu primeiro número foi El Río de Julio López Cid.

O 26 de xuño do ano 2010 abría a súa propia librería, co mesmo nome, situada no número 5 da Praza Maior, aínda que a mediados de 2011 tería que pechar as súas portas pola crise que dominaba ao sector libreiro en particular, e a todos en xeral. Libros da editorial xunto a outros que teñan a Ourense como protagonista, tanto literariamente como en calquera outro eido, era a súa aposta.

Fotografía de Santi M. Amil (La Voz de Galicia)

O evocador nome de “Duen de Bux” é froito da dificultade que atopaba Alfonso Prada para dar de alta un nome xa que as variantes que elixía xa estaban recollidas, polo que optou por este nome no que “duen” remite a “dueño” e “Bux” a unha pronunciación exaxerada da palabra inglesa “books”.

Podes consultar unha artigo sobre a figura de Alfonso Prada no seguinte enlace de La Voz de Galicia
ou do Faro de Vigo.