"Fue la única vez que lo oyeron blasfemar. (La injusta compensación no llegó hasta dos días después, con una pulpada sensacional, en la que Casinó, ya como si nada hubiese pasado, despachó para sus insaciables adentros un caldero íntegro de pulpo en la Feria del Veintiuno).
(...) Durante una larga temporada frecuentaron una tasca de las afueras, en el Campo de Mende, a orillas del Loña. La patrona había traído de una aldea en la raya de Portugal a una sobrina quinceañera que les llevaba los ojos a todos. La chiquilla era de una gracia y belleza poco comunes.
(...) Por esta su lavanderil inclinación, solían cantarle una copla popular que le venía como anillo al dedo:
Paséi a Ponte da Loña,
paseina dunha carreira,
tireille un tiro a unha levre,
cacéi unha lavandeira."
Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.88-90-92
No hay comentarios:
Publicar un comentario