"Ella, tras un tiempo de indiferencia y silencio, comenzó a contestar a sus cartas. En las de ella, toda referencia era plural, sin dejar traslucir la mínima inclinación, lo qu los iba uniendo más y más, aglutinándolos, de modo que su vida toda giraba en torno a la casa - el puente, la orilla del río-, donde ella estaba casi siempre. Ahora bajaban con frecuencia a la orilla del río y paseaban bajo el muro de la huerta."
Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.44
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