"El valle es angosto. Se ahonda como un pasillo a la izquierda del río, entre colinas que sólo hacia el Sur lo dejan respirar un poco. El río lo cruza de Este a Oeste por el extremo norte, recibe en él dos afluentes, ambos por la margen izquierda: el Loña, a la entrada, y el Barbaña a la salida. Todas las del valle -las carreteras, el ferrocarril- bordean las márgenes del gran río o sus afluentes.
La ciudad, encogida, incómoda en el estrecho regazo, en cuanto las lluvias y las nieblas le dan pie para ello, se despereza por las carreteras y los caminos de las afueras."
Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.53
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