"La ida a "Ningures" constituyó una especie de segunda salida de don Quijote. Fue en el otoño del año siguiente al de la marcha del amigo. (...)
-Pero, ínclitos amigos, ¡por todos los dioses grecolatinos!, ¡sois la leche! Para esto nos hemos pasado todo el puñetero día hablando de poesía y verdad, para que ahora me vengáis con que no sabemos el nombre del pueblo y que vamos a preguntarlo... ¡supina ignorancia, caros míos!, ¡mentecatez insigne!, ¡vamos a preguntar...¿qué?! ¡qué pueblo ni qué carallos! No estuvimos en ningún pueblo; no estuvimos en ninguna parte, porque a ninguna parte íbamos; estuvimos en... ninguna parte, en ningures; eso, en Ningures. (...)
-¡Por Ningures y su poética verdad, denodada, esforzadamente perseguida a través de la noche, presentida en el misterio de las sombras, milagrosamente revelada en... una mañana toda de cristal!"
Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.68-79-80
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