"El día de la marcha fueron todos a la estación. De regreso, al paso por el Puente Nuevo, entre los atropellados comentarios con que trataban de enmascarar la emoción, alguien repitió una de las frases "sacramentales" del ausente: "¡Que no seas cabezota, hombre, que no seas bestia...!", y otro comentó: "Ya se fue. Se acabó". El poeta de "Finisterre", cual si el comentario se espejara en el remanso de la metáfora, sentenció: "Ya empieza a quedarse"."
Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.67-68
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