"Se imaginó la cantidad de rótulos acumulados en los sótanos del Ayuntamiento, que cualquier día habría que desempolvar para reponer en sus sitios, hasta que otro viento electoral los arrinconara de nuevo a la espera de una ulterior colocación. "Estamos todos locos", pensó mientras saboreaba una copa de licor café en el Samuel."
José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.149.
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