"En cuanto al asunto de mi tío con Eucodeia -que tal vez no era otra cosa, decían los medievalistas ante la sonrisa desdeñosa de los otros, que "un regazo inconsciente del pleito secular entre burgo y la Iglesia Mayor que regía toda la vida medieval de Auria"- apuntó desde los primeros comentarios como sumamente agresivo y peligroso..."
Eduardo Blanco-Amor, La catedral y el niño, ed. Galaxia,
Vigo 1997, páx.225-226
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