"Se le presentaba la oportunidad de matarlo como había urdido hacerlo con Tejada antes de que interviniese la mano anónima que se le había adelantado; pero recapacitó que los habían visto juntos por las calles de los vinos y que una pesquisa exhaustiva por parte de la policía podría delatarlo. "
José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.133.
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