"Les propuso a sus dos compañeros una ronda por los vinos, pero se negaron aduciendo que el blanco ya no les sentaba a sus estómagos castigados por la edad; se despidieron; ascendió por Ceano barruntando que a López le hubiera sido mejor ir con él de vinos y acostumbrar sus delicadas entrañas a lo que antes o después tendría que beber."
José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.88.
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