miércoles, 13 de octubre de 2021

Rondar

 "Las mañanas en el Liceo eran más aburridas que de costumbre; los socios iban a misa, se permitían largos paseos familiares, comían pulpo en las tascas y el recinto adquiría la soledad de la ausencia más irrespirable. Cruzó la Plaza del Trigo para beber algo en el Queso, pan y vino. Años atrás, cuando después de la muerte de Amelia se unió a un grupo de excompañeros de trabajo y asociados del Liceo con los que iba a rondar por la parte vieja, penetraban en casi todos los bares."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.98.

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