"El espíritu del Padre Feijóo subió a las Moradas eternas a las cuatro y veinte de la tarde del 26 de Septiembre, día de los S.S. Justina y Cipriano, el mago convertido. Los tonos de la luz y la cromática espiritualizadas de la decadencia otoñal en realidad decantación de las esencias simbólicas del paisaje del norte, acompañaron el nacimiento en las orillas del Miño central y el tránsito en el corazón histórico de la capital de la Reconquista del P. Feijóo. Al clamar las torres por su ausencia, lloraban la pérdida de algo incomparablemente hermoso y agradecido entre los hombres: la simpatía. El siglo, ya en el colmado Julio de su ciclo, podría dar hombres más sabios y escritores más pulcros. Ninguno del XVIII alcanzará la irradiante categoría del benedictino gallego."
Ramón Otero Pedrayo, El Padre Feijóo: Su vida, doctrina e influencias, pág. 301, Instituto de Estudios Orensanos "Padre Feijóo", Orense, 1972
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