"Pero el ser o no invitados por la condesa en sus días de recibo, era tanto como figurar o no en la sociedad de A... ¡Valiente sociedad! Yo creo que nosotros éramos los únicos que no reformábamos la ropa y que comíamos bien."
Eduardo Blanco Amor, Los miedos, ed. Destino, Barcelona, 1963, 1ª edición, páxs. 20
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