miércoles, 12 de marzo de 2014

Ganas de estar solo

"Conque me largué sin decir nada a nadie, ni siquiera a Diego. Siempre hacía así, como si fuera un secreto, ¡vaya un secreto! Pero me habían venido las ganas de estar solo, para nada, para estar...

  En A... también me venía eso algunas veces, pero allí era imposible. Cuando salía de casa tenía que ser con un motivo y siempre acompañado, ¡ni que me fueran a comer! Y en casa nunca se está solo, aunque no haya nadie, aunque uno esté encerrado en su cuarto, aunque sea de noche y todos durmiendo."

Eduardo Blanco Amor, Los miedos, ed. Destino, Barcelona, 1963, 1ª edición, páxs. 50-51

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