"Aunque detestaba el ambiente, nada había más próximo que un bar de putas del barrio, así que se introdujo en él; " a estas horas, tampoco hay aún clientela". En la calle restallaba el atardecer de los días estivales cuando penetró en una noche prematura de luces chillonas."
José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.74.
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