sábado, 18 de septiembre de 2021

Más trampas que un tahúr

"Araújo indicó que él vendría todos los días al Liceo por las tardes, que le diese novedades de la salud de Tejaday que si quería acercarse a jugar una partida, encantado. Ya. Ahora se quedaba solo en el espacio ilimitado de la ausencia recurría a él, después de haberlo despreciado cuando se ofreció voluntariamente. Jugaría, sí, pero iba a hacerle más trampas que un tahúr profesional del Mississipi a lo largo de dos semanas de viaje por el río."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.71-72.

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