“-¡Tente, malvado!
¡No asesines a quien te vió nacer! ¡Mira que te condenas, Benito!
-¡Por amor de Dios,
Benito, Benitiño, ten compasión de esta vieja! (...) Consérvame la vida, que ya
poco me queda, y todo lo que tengo ha de ser tuyo! ¡Ay, Benito! ¡Ay, Benitiño!”
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