Una de las alumnas más entusiastas de las clases de literatura, Nerea, le comentará a Raquel cómo había sido la primera clase de Viruca (Capítulo 2, m.3): les explicó que la literatura era dolor que emana del interior más oscuro de cada uno, y les pidió que escribiesen sobre algo que les doliese; Raquel les menciona a Tom Spanbauer (Idaho, 1946) como escritor perteneciente a esa forma de entender la literatura. El escritor americano creó el concepto de escritura peligrosa (“dangerous writing”) desarrollada en su propio taller de escritura, invitando a escribir sobre temas que causan miedo o vergüenza al escritor, predominando la primera persona y tabúes culturales como principales temas.
Justo después de la cabecera (con una sugerente canción de Xoel López) del capítulo aparece Viruca impartiendo esa primera clase suya, en la que introduce una cita del Dalái Lama (Capítulo 2, m.5) “Cuando conozcas a alguien míralo a los ojos y sé amable, porque dentro de él siempre se está librando una batalla” (la cita está tomada de un texto de Spanbauer “La escritura peligrosa es escribir y mentir”), lo que le sirve para explicar que escribir tiene que ver con eso, con resolver nuestras batallas interiores, muchas veces dolorosas, y escribir es eso contar lo que nos duele, aunque nos dé vergüenza, pero tenemos que ser valientes aunque corramos un riesgo. La literatura apela a nuestras miserias, a nuestro dolor, a nuestros miedos. Escribir es asomarse a un abismo. Dalái Lama es el título que recibe el líder espiritual del budismo tibetano.
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