(Vicente Risco. 1917. Revista La Centuria, nº 5. Ourense,
outubro de 1917)
¡Divinidad del templo en ruinas! Ya no
cantan tu alabanza las cuerdas rotas del Vina. Las campanas del anochecer
no claman ya la hora de tu oración. A tu alrededor, el aire está quieto y callado.
La brisa vagabunda de la primavera llega a tu desolación, y te cuenta de las flores, de las flores que ya nadie viene,
en adoración, a ofrecerte.
El que creyó en ti otro tiempo, vaga esperando el favor no concedido todavía. Y en el anochecer, cuando luces y sombras
se mezclan en la polvorienta oscuridad, él vuelve, jadeante, al templo arruinado, con hambre en el corazón.
¡Cuántos días de fiesta vienen callados a ti, Divinidad del templo en ruinas! ¡Cuántas noches de ofrendas se van, sin que nadie encienda tus lámparas!
Los artífices hacen imájenes nuevas, que se lleva la corriente del olvido cuando llega la hora. ¡Sólo tú, Divinidad del templo
en ruinas, sigues sin culto, en abandono inmortal!
no claman ya la hora de tu oración. A tu alrededor, el aire está quieto y callado.
La brisa vagabunda de la primavera llega a tu desolación, y te cuenta de las flores, de las flores que ya nadie viene,
en adoración, a ofrecerte.
El que creyó en ti otro tiempo, vaga esperando el favor no concedido todavía. Y en el anochecer, cuando luces y sombras
se mezclan en la polvorienta oscuridad, él vuelve, jadeante, al templo arruinado, con hambre en el corazón.
¡Cuántos días de fiesta vienen callados a ti, Divinidad del templo en ruinas! ¡Cuántas noches de ofrendas se van, sin que nadie encienda tus lámparas!
Los artífices hacen imájenes nuevas, que se lleva la corriente del olvido cuando llega la hora. ¡Sólo tú, Divinidad del templo
en ruinas, sigues sin culto, en abandono inmortal!
(Zenobia Camprubí: 1918. Ofrenda lírica
(Gitánjali).
Divinidad del templo en ruinas
las cuerdas del arpa rotas
ya no celebran tus alabanzas
y las campanas por la tarde
no anuncian la hora del oficio.
La atmósfera a tu alrededor
permanece inmóvil y silenciosa.
La errante brisa de primavera
entra en tu mansión desolada.
Trae su aura una suave fragancia,
augurio de flores,
flores que ya nadie
ofrece para tu culto.
Tu antiguo sacerdote merodea
suplicando una limosna,
que ya nadie le da.
A la hora de la liturgia vespertina,
cuando las hogueras y las sombras
se entremezclan con la tristura del polvo,
él vuelve, hambriento, al templo en ruinas
sin poder rendirte pleitesía.
Muchas festividades pasan por ti de largo,
divinidad del templo derruido.
Transcurren muchas noches de vigilia
sin una mísera lámpara encendida.
Son muchísimas
las estatuas
modeladas
para el festival de Vijaya
arrojadas al río sagrado del olvido.
Solo la divinidad del templo derruido
permanece sin culto en abandono perpetuo.
(Díaz Gárriz: 2014. Gitánjali.)
Traducido directamente do bengalí.
Deity of the ruined temple! The broken strings of Vina sing no more your praise. The bells in
the evening proclaim not your time of worship. The air is still and silent
about you.
In your desolate dwelling comes the vagrant spring breeze. It brings the
tidings of flowers - the flowers that
for your worship are offered no more.
Your worshipper of old wanders ever longing for favour still refused. In the eventide, when fires and shadows mingle with the gloom
of dust, he wearily comes back to the ruined
temple with hunger in his heart.
Many a festival day comes to you in silence, deity of the ruined temple. Many a night of worship goes away with lamp unlit. Many new images are built by masters of
cunning art and carried to the holy stream of oblivion when their time is come. Only the deity of the ruined temple remains
unworshipped in deathless neglect.
(London:
India Society, 1912. Gitanjali) Autotraducido por Tagore do bengalí
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