N-AS PRAIAS
N-as praias de
todol-os mundos xúntanse os nenos. O ceo infinito encálma-se sobre as suas
cabezas; a auga, impacente, alborota-se.
N-as praias de
todol-os mundos, os nenos xúntanse ridentes e bailando.
Fan casiñas de
area e xogan c´as cunchas. Seu barco é unha folla murcha que botan, surrintes,
na basta profundidade. Os nenos xogan n-as praias de todol-os mundos.
Non saben nadar;
non saben votar as redes. Mentras o pescador de pelras afonda-se por elas, e o
mercader navega n-os seus navíos, os nenos collen pedriñas e volven a tiral-as.
Non buscan tesouros escondidos, nin saben votar as redes.
O mar érgue-se, n-unha
gargallada, e brila pálida a praia surrinte. Ondas asesinas cantan aos nenos
baladas sin sentido, o mesmo que unha nai que mecera o seu fillo no berce. O
mar xoga c-os nenos, e, pálida, loce a surrisa da praia.
N-as praias de
todol-os mundos xúntanse os nenos. Roda a tempestade pol- o ceo sin camiños, os
barcos naufragan no mar sin rutas, anda solta a morte, e os nenos xogan. N-as
praias de todol-os mundos xúntanse, nunha gran festa, todol-os nenos.
(Vicente Risco, A Nosa Terra, nº 100, 15 de setembro de 1919)
(Autotraducido por Tagore do orixinal bengalí, Gitanjali (London: India Society, 1912)
(Autotraducido por Tagore do orixinal bengalí : The Crescent Moon (London:Macmillan, 1913)
En las playas de todo el mundo se reúnen los niños. El
cielo infinito se encalma sobre sus cabezas; el agua impaciente se alborota. En las playas de todos los
mundos, los niños se reúnen, gritando y bailando.
Hacen casitas de arena y juegan con las conchas. Su barco
es una hoja seca y lo botan sonriendo en la vasta profundidad marina. Los niños
juegan en las playas de todos los mundos.
No saben nadar ni saben echar la red. Mientras el
pescador de perlas se sumerje y el mercader navega en sus navíos, los niños
escojen piedrecillas y las vuelven a tirar. Ni buscan tesoros ocultos ni saben echar la red.
El mar se encaracola en una carcajada y brilla pálida la playa sonreída. Olas
asesinas cantan a los niños baladas sin sentido, igual que una madre que
meciera una cuna. El mar juega con los niños y luce la pálida sonrisa de la
arena.
En las playas de todos los mundos se reúnen los niños. Vaga la tempestad por el
cielo sin caminos, los barcos naufragan en el mar sin rutas, anda suelta la
muerte, y los niños juegan. En las playas de todos los mundos se reúnen, en una fiesta grande, todos los
niños.(Zenobia Camprubí, La luna nueva (poemas de niños), 1915)
En las playas de todos los mundos, se reúnen los
niños. El cielo infinito se encalma sobre sus cabezas; el agua, impaciente, se
alborota. En las playas de todos los mundos, los niños se reúnen, gritando y
bailando.
Hacen casitas de arena y juegan con las conchas
vacías. Su barco en una hoja seca que botan, sonriendo, en la vasta
profundidad. Los niños juegan en las playas de todos los mundos.
No saben nadar, no saben echar la red. Mientras el
pescador de perlas se sumerje por ellas, y el mercader navega en sus navíos,
los niños cojen piedrecillas y vuelven a tirarlas. Ni buscan tesoros ocultos,
ni saben echar la red.
El mar se alza, en una carcajada, y brilla pálida la
playa sonriente. Olas asesinas cantan a los niños baladas sin sentido, igual
que una madre que meciera a su hijo en la cuna. El mar juega con los niños, y,
pálida, luce la sonrisa de la playa.
En las playas de todos los mundos, se reúnen
los niños. Rueda la tempestad por el cielo sin caminos, los barcos naufragan en
el mar sin rutas, anda suelta la muerte, y los niños juegan. En las playas de
todos los mundos, se reúnen, en una gran fiesta, todos los niños.(Zenobia Camprubí, Ofrenda Lírica (Gitánjali), 1918)
En las playas del mundo entero
los niños se reúnen.
Encima se extiende el cielo infinito
y el agua azul se alborota
sin tregua todo el día.
En las playas del mundo entero
los niños se reúnen y juegan.
Construyen castillos de arena
y juguetean con conchas vacías.
Hacen barquichuelas con hojarasca seca
y entre risas las confían
al piélago inmenso.
En las playas del mundo entero
los niños se reúnen y juegan.
No saben nadar ni tampoco pescar.
Los pescadores bucean en busca de perlas,
los mercaderes viajan en navíos.
Mientras, los niños se divierten con la
arena.
No buscan joyas ni riquezas,
ni saben pescar.
El mar se encrespa con risas
y las playas se ponen furiosas
mientras braman olas inmensas.
Para los niños son nanas
que una madre tararea
cuando mece la cuna.
El mar juguetea con los niños
y rayos tenues iluminan la sonrisa de la
playa.
En las playas del mundo entero
los niños se reúnen y juegan.
Se levanta una tempestad espantosa.
Navíos y mercaderes se hunden en alta
mar.
La muerte ronda pero los niños corretean.
En las playas del mundo entero
los niños se reúnen y juegan.
(Díaz Gárriz: 2014. Gitánjali.)
Traducido directamente do bengalí.
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