"Saboreaba despacio el café solo con los gestos acostumbrados mientras repasaba los estatutos de la sociedad; nunca había reparado en aquellos VII capítulos, 71 artículos, 3 disposiciones transitorias, 1 adicional y otra final. Tampoco le importaban demasiado: pertenecía al Liceo del mismo modo que otros pertenecen sin conciencia a una raza."
José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág. 9.
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