martes, 8 de abril de 2014

A uña de caballo

"A eso de las dos de la mañana, salió de la alcoba don Ciprianito, el médico de la villa. Se veía bien que no podía esconder su preocupación. Le preguntamos y contestó con vaguedades. Mandó preparar nuevos sinapismos y habló de intentar una sangría. Luego le dijo a don Brandao que saliese alguien, a uña de caballo y sin esperar el día, a buscar a nuestro médico de A..."

Eduardo Blanco Amor, Los miedos, ed. Destino, Barcelona, 1963, 1ª edición, páx. 220

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