Pasé, sin darme
cuenta, el umbral de esta vida.
¿Qué poder fue el
que me hizo abrir en este inmenso misterio, como un capullo, a medianoche, en
el bosque?
Cuando, a la
mañana, vi la luz, sentí al punto que yo no era un estraño en este mundo, que
lo desconocido sin nombre ni forma me había tenido en brazos, en la forma de mi
madre.
De igual manera,
al salir a la muerte, esto mismo desconocido me parecerá familiar. Y como amo
tanto esta vida, sé que amaré lo mismo la muerte.
El niño, cuando su
madre le quita el seno derecho, se echa a llorar; pero al punto encuentra en el
izquierdo su consuelo.
(Zenobia
Camprubí: 1918. Ofrenda lírica (Gitánjali).
No era consciente en el momento
en que traspuse el dintel
a esta vida maravillosa.
¿Qué fuerza hizo que me abriera
a este inmenso misterio
como un capullo a medianoche
en la espesura de la selva?
Cuando al amanecer vi la luz
sentí desde el primer instante
que no era extraño a este mundo
lleno de dolor y de felicidad,
que el Inescrutable, sin nombre y sin forma,
me había tomado en sus brazos
haciendo suyos los de mi propia madre.
De igual manera, en la hora de mi muerte
el mismo Incógnito aparecerá
como si fuese conocido mío
de toda la vida.
Y porque amo esta vida
sé que también amaré la muerte..
El infante llora cuando su madre
le retira del pezón derecho,
pero en un instante,
al hallar el izquierdo,
encuentra consuelo.
(Díaz Gárriz: 2014. Gitánjali.)
Traducido directamente do bengalí.
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