“Las manos se cojen de las manos y los ojos se quedan en los ojos… Así
comienza la historia de nuestros corazones.
Es noche de marzo, noche de luna, y el dulce olor del henna va en el aire.
Caída está mi flauta y olvidada, y tu guirnalda de flores está sin terminar…
Este amor nuestro es sencillo como una canción.
Tu velo color de azafrán me embriaga los ojos. La corona que me hiciste de
jazmines me llena el corazón, como la alabanza… Jugamos a dar y a no querer
dar, a mostrar y a volver a esconder. Sonrisas, timideces, dulces luchas
inútiles.
Este amor nuestro es sencillo como una canción.
(Zenobia Camprubí: 1917. El jardinero)
The Gardener (London:
Macmillan, 1913) Autotraducido por Tagore do bengalí
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