"Aquéllas
inmensas bóvedas haciendo con su peso crugir las resistentes columnas medio
perdidas entre la sombras; aquéllas paredes cubiertas de santos y de mártires,
cuya espantosa realidad hace recordar los cuadros del Españoleto ó el
antiteatro de una sala de disección, con sus miembros ensangrentados, sus
palpitantes tendones, sus abiertas llagas, que todo esto quiso el desconocido
pintor dejar impreso en las paredes del templo, bajo el pretesto de mártires más ó menos verídicos, y visto
todo bajo el aspecto de una luz oscura, debilitada, que con trabajo se filtra á
través de sucias y empolvadas ojivas, cruzadas y borradas las pinturas por
anchas y verdosas manchas semejantes á gigantescos lagartos, que la humedad ha
impreso cual repugnante lepra, resaltando con alegres y artísticas franjas de
arabescos y filigranas pintadas en forma de colgantes tapices, respirando ese
vaho húmedo, nauseabundo, mal sano, propio de todo lugar sin ventilación,
sirviendo de música el chirrido desagradable de innúmeros murciélagos, únicos
habitantes de las desiertas naves, ó del triste gemir del viento que, al
deslizarse por las agrietadas paredes, parece se queja de la inclemencia del
tiempo, del abandono de los hombres ó de la oda que le dedicó el poeta de
Maside, Manuel Lois.
Aquéllas
gigantescas efigies de santos con luenga barba y fantástico ropage, aquellos
grandes y nunca vistos caballos que brotando de una nube de monstruos extravagantes
y de formas que, sirviendo de remate á los altares amenazan desplomarse sobre
uno, en tanto que los duendes y quimeras de los capiteles con sus abiertas
fauces parece celebran coro de infernales carcajadas; todo, todo llena el alma
de pavor y superstición, de terror y espanto.
La
iglesia es de estilo greco romano; fué consagrada bajo la advocación de la
Virgen María en 1.239 en tiempo del sesto abad D. Fernando II.
Entre
las preciosidades que contiene llaman á primera vista la atención la bóveda
plana de la tribuna, igual á la del Escorial, pero de mucha más estensión, y la
sacristía.
Esta
fué hecha en tiempo de D. Pablo de Alarza, abad 70."
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