"Tiene
47 piés cuadrados, los lazos de la bóveda fenecen en cuatro pendientes á las
que sirven de base otras tantas columnas estriadas, asombrosas por su rara y
original construcción, pues por cualquier lado que se coloque el observador amenazan
desplomarse sobre él, aventajándole, como se vé, á las tan decantadas de la
colegiata del Sar de Santiago que solo están inclinadas en una dirección.
En
la antigüedad no solo era esta sacristía célebre por su singular y magnífica
construcción, sino también por lo valioso de su ornamentación.
Tenía
tres altares en la testera, y los retablos estaban invadidos de medias tallas,
brazos, etc., de santos, con costosos viriles que contenían preciosas y veneradas reliquias.
En
medio había el cajón de la plata con dos altares del mismo metal.
Muy
luego de entrar, á los dos lados había otros dos artísticos retablos.
Tenía
cuatro grandes espejos traídos directamente de Venecia y lienzos de afamados
artistas entre los cuales aún se conserva uno de Andrea del Sarto.
Mucho
más tendríamos que decir de esta nunca bien ponderada iglesia, pero ni el
tiempo escaso nos lo permite, ni nuestras cortas facultades lo alcanzan.
Dimos,
pues, el último adios al convento, despedimonos del cura y dejamos con pesar
aquella gloria de Galicia que amenaza desaparecer para siempre."
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