lunes, 20 de enero de 2020

Nunca más lobeo

“... pero Fedellaperna se apoderó otra vez de la palabra y los demás acallaron, por oírle, los deseos de hablar:

-De otra “fada” sé, pero ésta cayó sobre una moza por mandado de su padre; tuvo un pronto al verla comer tanta carne de cerdo como comía y la puso de fiera y de loba. Al instante la cuitada escapó al monte y se juntó con las bestias  feroces. No es que siempre fuera loba –aclaró-, sino por veces capitana de los lobos, y su voluntad se le cambiaba: unos días estaba en vena de matar y echaba a sus lobos sobre la gente; mas otros días acordaba los tiempos que era criatura humana y arrepentíase y sujetaba a las fieras para que no hicieran mal. (...)

-Y habéis de saber que un día quiso entrar en un molino, hallándose en figura de loba, y al meter la pata por debajo de la puerta fué el molinero y se la cortó con un hacha y entonces ella dióse a gritar y tornó a ser mujer y estaba manca; volvió a su casa y desde entonces nunca más lobeó.”

Martínez-Barbeito, Carlos. El bosque de Ancines.  Ayma editor de Barcelona, 1947. pág. 126-127.

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