jueves, 30 de septiembre de 2021

Una llaga abierta por el sol

 "En una droguería de la Plaza del Hierro adquirió el herbicida que estragaría la precaria salud de López. Paseando por la calle de los Hornos se encontró con Rosa.

-Buenos días, don Eusebio.

-Buenos días, Rosa.

No deseaba aquel tropiezo pero la mujer estaba dispuesta a narrarle la pesadez de los treinta y tres grados, lo fresquitas que eran las mañanas y el gusto que daba caminar temprano por los parques, cuando ya el día era una llaga abierta pero el sol aún no descolgaba sus latigazos sobre las espaldas de los habitantes."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.84.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

La infinitud de sus pesares

 "Demoró su rumbo por las calles encendidas bajo el sol hiriente del verano; la ciudad se vaciaba gradualmente de gentes que buscaban el frescor de las aguas de los mares o el letargo sombrío de los pueblos; los que como él permanecían en la ciudad constituían una secta de solitarios que se encontraban en las barras de las tabernas para contarse la infinitud de sus pesares."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.83-84.

martes, 28 de septiembre de 2021

Minucias

 "Ocuparse de minucias higiénicas no constituía oficio para un hombre que cada día se sentía más y más llamado por el destino; realmente, ingresar como Socio de Honor en la entidad liceísta, casi era un objetivo secundario una vez puesto en marcha el mecanismo de asesinatos tramados."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.82.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Otra mañana

 "El día anterior se había acostado muy tarde; el calor de la noche invitaba a prolongar los paseos por las calles de la ciudad, inequívocas rutas de ensueño bajo la luna clarísima del verano. No experimentó nada especial cuando confrontó otra mañana que el piso se había convertido en un espacio lleno de ceniceros plagados de colillas, de platos sucios acumulados en el fregadero, de toallas tiradas en los rincones del cuarto de baño."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.81-82.

domingo, 26 de septiembre de 2021

Como ladrón

 "...aproveché la circunstancia de no tener que actuar como verdugo para actuar como ladrón y me apropié del mechero que me había encandilado semanas atrás en el Liceo. Sin embargo, al descubrir a Nicanor muerto, la babilla que aún vivía entre la comisura de los labios, no experimenté la absurda sensación de culpabilidad que sentí cuando ocurrió el trompicón mortal del trapecista Cisnero."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.78.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Su cuota de culpa

 "Decidió ir a ver sin demora a Araújo y contarle esto último; pasó por el Liceo, se enteró de donde vivía el socio y antes de aproximarse hasta la dirección que le facilitó Adolfo, sintió unas ganas incontenibles de cagar; fue hasta su casa, se sentó en la taza dándole vueltas al asunto, con los excrementos se purificó de su cuota de culpa y, aligerado, llamó al timbre de la puerta Máximo."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.75.

viernes, 24 de septiembre de 2021

Noche prematura de luces chillonas

 "Aunque detestaba el ambiente, nada había más próximo que un bar de putas del barrio, así que se introdujo en él; " a estas horas, tampoco hay aún clientela". En la calle restallaba el atardecer de los días estivales cuando penetró en una noche prematura de luces chillonas."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.74.

jueves, 23 de septiembre de 2021

Se ofuscó

 "Pensaba que la maniobra de practicar la caridad a costa de Tejada con ulteriores fines inconfesables iba a acarrearle la sospecha de que quizá él fuese no sólo el autor de esta muerte, sino de todas las muertes que la ciudad había acumulado de un tiempo a esta parte. "¿Y si me acusan a mí de todas?" Se ofuscó."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.74.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Sin hacer ruido

 "Retrocedió hacia la puerta cuidándose de no alterar el orden hallado en cada mueble y cuando en la repisa de la entrada descubrió el encendedor que hacía un mes lo había deslumbrado en el aire gris del Liceo, se apoderó de él y bajo las escaleras sin hacer ruido."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.74.

martes, 21 de septiembre de 2021

¿Nicanor?

 "Salió a la calle demorándose en los rincones que a la luz de la experiencia que iba a vivir, adquirían matices hasta entonces desconocidos, atravesó Cervantes y se paró frente al portal del número 27; subió al tercer piso y abrió la puerta. "¿Nicanor?"."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.73.

lunes, 20 de septiembre de 2021

El color gris de sus excrementos

 "Sin querer, más bien, sin darse cuenta, sonrió mientras dejaba a sus espaldas la fachada de la iglesia de Santa Eufemia en la que anidaban palomas que con los años teñirían del color gris de sus excrementos las hornacinas y los santos allí petrificados."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.72.

domingo, 19 de septiembre de 2021

Desgraciado

 "Era igual: tenía en sus manos a Nicanor Tejada que le había infligido menosprecios y burlas, tenía en sus manos a un aspirante a Socio de Honor que le precedía pero que no llegaría antes que él al rango deseado. "No vas a llegar nunca, desgraciado". Pagó el coñá y salió a la calle Lamas Carvajal."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.72.

sábado, 18 de septiembre de 2021

Más trampas que un tahúr

"Araújo indicó que él vendría todos los días al Liceo por las tardes, que le diese novedades de la salud de Tejaday que si quería acercarse a jugar una partida, encantado. Ya. Ahora se quedaba solo en el espacio ilimitado de la ausencia recurría a él, después de haberlo despreciado cuando se ofreció voluntariamente. Jugaría, sí, pero iba a hacerle más trampas que un tahúr profesional del Mississipi a lo largo de dos semanas de viaje por el río."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.71-72.

viernes, 17 de septiembre de 2021

Rayas con los pies en el polvo

 "Releyó los papeles del diario corrigiendo a lápiz algunas imprecisiones y errores de mecanografía; "a mi edad, los dedos van por libre sobre las teclas", protestó. Hizo rayas con los pies en el polvo de las baldosas y cuando decidió que era el momento -aunque no sabía de qué- se encaminó hacia el Liceo."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.67-68.

jueves, 16 de septiembre de 2021

El rumor de la música

 "Bebió otra taza sin prestarle atención al rito y se despidió cuando el bar comenzaba a llenarse de clientela joven y alborotadora. "Hasta otro día". "Adiós, don Eusebio". Descendiendo por la Plaza del Trigo lo persiguieron los sones de la Banda Municipal desgranando un fragmento de "Doña Francisquita". Después, el sonido de la fuente ahogó el rumor de la música."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.67.

Zarzuelas y pasodobles añejos

 " "Si me permite, don Eusebio", charló Manolo encendiendo el aparato de música y colocando en el plato un disco con canciones de la Banda Municipal, "yo me lo imagino como una persona solitaria, de esos que se encuentra uno todos los días, habla con ellos y no adivina jamás que sea el asesino. ¿No cree?". "Es posible", respondió don Eusebio y se enfrascó en la escucha de los temas de la banda que cada domingo, a las doce de la mañana, se reunía en la Plaza Mayor y despertaba al vecindario con notas de fragmentos de zarzuelas y pasodobles añejos."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.66.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Cuerpos abotargados

 "Después se enzarzaron los dos en un coloquio esquivo acerca del tiempo, del verano recién instalado en el campanario de la catedral, en las piernas de las muchachas, en sus cuerpos abotargados tras varios meses de dura melancolía. "¿Y qué me dice usted de los asesinatos?". (...) "Nunca había pasado nada igual en esta ciudad", dijo Manolo, "y es raro que en un sitio tan pequeño, donde todos nos conocemos, pueda estar suelto por ahí un loco va matando viejos.".

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.66.

martes, 14 de septiembre de 2021

En una taza blanca

 "Entróe en el Queso, pan y vino, ordenó "Manolo, un blanco". La luz del mediodía reculaba en las angostas calles de la zona antigua, se detenía como una ola que en su máxima altura perpetúa el momento de estrellarse y arrasarlo todo. "No habrá subido el vino desde la última vez que vine", especuló mientras le servía en una taza blanca lo solicitado."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.66.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Diafanidad

 "Cuando acabó de leer los periódicos la soledad del Liceo lo empujó a salir a la calle; la ciudad semejaba estar engalanada para una fiesta de solsticio, recuperado por el fin la pátina de luminosidad que la transformaba de un lugar occidental perpetuamente envuelto en brumas, en la diafanidad mediterránea de un puerto marítimo."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.65-66.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Noticia alguna

 "Una mirada superficial no le descubrió noticia alguna que le interesase: en realidad, salvo lo concerniente a la ola de homicidios que proseguía (otra víctima había aparecido en la calle Gravina a principios de mes) nada le atraía de lo que un diario ofrecía al lector."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.65.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Las losas del suelo

 "Bajó la escalinata de la iglesia de Santa María Madre y atravesó en diagonal la Plaza Mayor hasta alcanzar Lamas Carvajal. El sol de la mañana quedó detenido en la esquina de la plaza, incapaz de aventurarse por callejas estrechas donde el fresco se recostaba en las losas del suelo en los días más duros del verano. Subió a la biblioteca, escogió un periódico y empezó a leer."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.65.

viernes, 10 de septiembre de 2021

La querencia cuadrangular

 "Se encaminó sin prisa por las calles familiares y llegó a la Plaza de la Magdalena; siempre había amado aquella plaza recoleta y silenciosa (en realidad, pensó, siempre había amado aquella ciudad o, al menos, la parte antigua de la ciudad, lo que constituía el viejo corazón cansado de la misma, pese a que las nuevas urbanizaciones intentasen trasplantar dicho corazón a zonas de reciente implantación plagadas de comercios luminosos y cafeterías impersonales y bancos grises y automóviles descomponiendo el pulso milenario de la urbe); se sentó en la base del cruceiro y encendió un cigarrillo acompañado de palomas que volaban presas en la querencia cuadrangular del ámbito.·

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.64-65.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Olor penetrante a orines

 "De vez en cuando se encontraba en el Liceo a algún socio con un olor penetrante a orines: no era exactamente suciedad, sino vejez acumulada en esfínteres incapaces de disciplinar las necesidades primarias de sus dueños, órganos que se independizaban y llevaban a cabo sus funciones desoyendo las órdenes y ritmos impuestos por aquellos ancianos sin fuerzas para aguantar unos segundos..."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.64.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Claridad suplementaria

 "Aceleró el paso, "cualquiera le contesta a estas deslenguadas" y atravesó la Plaza Mayor lentamente. La luna prestaba una claridad suplementaria a los iluminados soportales de la plaza. (...) Proseguían las investigaciones en torno a la ola de asesinatos en la ciudad pero nadie sabía nada acerca de tales acontecimientos."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.62.

martes, 7 de septiembre de 2021

"Qué, abuelito, ¿resucitamos al muerto por poquito dinero?"

"...estuvo a punto de llamarlo para que Tejada comprendiese que había sido testigo de que una furcia de oficio del barrio lo había llamado por su nombre. Lo  vio entrar en el número 27 de la calle. Después deshizo el trayecto; bajó la cabeza para no deslumbrarse con la luminosidad que despedían los prostíbulos y cuando pasó al lado de la mujer que había saludado a Nicanor, ésta le dijo:"Qué, abuelito, ¿resucitamos al muerto por poquito dinero?"."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.61-62.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Su rastro de sombra

 "Cuando vio salir a Nicanor Tejada decidió seguirlo; no sabía con exactitud por qué, pero presentía que conocer el camino que utilizaba para ir hasta su casa podría serle útil en cualquier momento. Persiguió su rastro de sombra por Barrera y por la calle Cervantes, donde una puta desde la puerta de un burdel le gritó "buenas noches, don Nicanor" pero él continuó caminando sin mirarla, como avergonzado de la familiaridad..."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.61.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Un silencio de calabozo

 "El recinto del Liceo era el paisaje de una batalla mantenida contra los refrescos y los canapés; los músicos ponían punto final a la fiesta interpretando "Adiós con el corazón" y el bullicio anterior daba paso a un silencio de calabozo."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.61.

sábado, 4 de septiembre de 2021

Gracias, Adolfo

 " "Mire, hemos hecho estos mecheros de propaganda", dijo enseñándole uno de color verde con la inscripción "Liceo-I Centenario", "coja uno que después se me acaban". ¿Sería una indirecta del oficinista para acusarlo veladamente de su afición a apoderarse de mecheros ajenos? "Gracias, Adolfo"."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.60.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Un antiguo palacio

 "El edificio del Liceo, un antiguo palacio, era hoy el reducto de fantasmas cargados de achaques y desesperanzas, aunque algún que otro necio se denominara a sí mismo aspirante."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.59.

jueves, 2 de septiembre de 2021

Entre su piel y sus huesos

 "Una vez vestido con la ligereza que el tiempo imponía a tales horas, se dirigió al Liceo; comería allí y aguardaría a que diese comienzo la fiesta preparada para los Socios de Honor, confrontaría el estado de la demacración y existencia como lujo perpetuo que aquellos socios albergaban entre su piel y sus huesos."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.58.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Capiteles toscamente trabajados

 "Don Eusebio descendió la escalinata camino del patio, se intaló en una mesa y pidió un vaso de vino, Cosme. Miraba hacia la fuente de mármol, hacia las baldosas del suelo, hacía las columnas que ascendían a lo alto de los dos pisos y remataban en capiteles toscamente trabajados."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.55.