viernes, 30 de noviembre de 2018

El silencio: una ronda obligada de tinto

"Era el tiempo de acumular experiencias, de exprimirlas hasta el máximo. Después de los paseos se reunían en el sótano de una taberna, que llamaban "El Refugio"; ellos eran "Los silenciosos"; rendían al silencio una suerte de culto, como ámbito o claustro germinal propicio a la fecundación del pensamiento creador; comentaban con pasión arrebatada las últimas lecturas, las músicas oídas por radio, los cuadros sólo conocidos a través de reproducciones. Los más adelantados descubrían los "ismos" vanguardistas, en muchos casos periclitados ya años atrás, antes de nacer ellos; se afilaban las filias y las fobias en el afán de alcanzar la claridad, una claridad que todavía deslumbraba, cegadora, sus miradas novicias. Al final, sacaban a relucir las propias creaciones (antes, brindaban por el silencio: una ronda obligada de tinto, que bebían con afectada solemnidad), porque todos hacían sus pinitos en los terrenos del arte: había un músico y un dibujante; abundaban los poetas, los más, prendidos aún en las brillantes redes del "modernismo", donde las imágenes del río era literal, literariamente surcadas por los cisnes rubenianos.

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.57

jueves, 29 de noviembre de 2018

Un nocturno de Chopin

"Una noche de finales de primavera, con el pretexto de una Adoración Nocturna (casi todos militaban o habían militado en las Juventudes de Acción Católica), se fueron hasta el Miño y estuvieron tiempo y tiempo allí, al borde del agua, sentados en las peñas de junto a Los Caños; había luna y un silencio que apenas se atrevían a romper; alguien comenzó a silbar un nocturno de Chopin; la música rielaba en el silencio, pareja a la luna sobre el agua; recitaban a Poe:

...pues la luna ascendente, dulcemente,
tráeme ensueños de Annabel Lee,
como estrellas tranquilas, las pupilas
me sonríen de Annabel Lee
y reposo en la noche embellecida
con mi siempre querida, con mi vida;
mi esposa luminosa Annabel Lee...

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.56

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Aroma

"La cañada del Loña se ensancha en el Campo de Mende, en torno al cual los montes componen una especie de anfiteatro, que en febrero, intrépido adelanto de la primavera, se llena de la luminosa expectación de las acacias, cuyos amarillos embriaga los ojos, el corazón,  cuyo aroma embalsama el aire, el paisaje todo hasta los últimos rincones."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.55

martes, 27 de noviembre de 2018

Belleza rústica incomparable

  "Llegaron a la presa que cruza el puente romano, de una belleza rústica incomparable, con su yedra colgante, de modo tan afortunado que se diría que alguien la hubiese colocado con el mayor esmero. Salieron del agua y se quedaron un buen rato contemplándolo. "¡Qué bueno!". "¡Extraordinario!". No se cansaban de mirarlo, de admirarlo; la yedra, colgando hasta casi tocar el agua; el arco, perfecto semicírculo, cuyas piedras en la parte central reducen su espesor hasta perfilar, desde la distancia, una línea pura; el reflejo en el agua, quieta, soñadora, completando el círculo ideal... "¡Extraordinario!". "¡Qué maravilla!". Tras una larga, intemporal contemplación, y haberlo cruzado, como para asegurarse de la materialidad de su existencia, siguieron río arriba.

  La cañada del Loña se ensancha en el Campo de Mende, en torno al cual los montes componen una especie de anfiteatro..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.54-55

lunes, 26 de noviembre de 2018

Apasionados, inquietos

"Los pasos por los caminos del Loña eran apasionados, inquietos, como el tiempo que entonces atravesaban; no se cansaban de descubrir rincones, perspectivas...

  La mañana de un domingo de comienzos de mayo se fueron río arriba, descalzos por el agua, desde la desembocadura hasta cerca del Embalse de Castadón; llevaban los pantalones remangados hasta más arriba de la rodilla y los zapatos colgados al cuello, enlazados por los cordones."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

domingo, 25 de noviembre de 2018

Los arrabales de la ciudad

"Ellos amaban los caminos, todos, y, sobre todos, los que tras haber rezagado los arrabales de la ciudad, donde todavía participan de un relativo urbanismo, orillan las escarpaduras del Loña, improvisados, haciendo verdaderos equilibrios para no perder pie. (Más tarde, años después, la carretera de Oira, tendida dócilmente a lo largo del Miño, plegándose a su voluntad mayor).

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.53-54

sábado, 24 de noviembre de 2018

Encogida, incómoda

"El valle es angosto. Se ahonda como un pasillo a la izquierda del río, entre colinas que sólo hacia el Sur lo dejan respirar un poco. El río lo cruza de Este a Oeste por el extremo norte, recibe en él dos afluentes, ambos por la margen izquierda: el Loña, a la entrada, y el Barbaña a la salida. Todas las del valle -las carreteras, el ferrocarril- bordean las márgenes del gran río o sus afluentes.

  La ciudad, encogida, incómoda en el estrecho regazo, en cuanto las lluvias y las nieblas le dan pie para ello, se despereza por las carreteras y los caminos de las afueras."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.53

viernes, 23 de noviembre de 2018

Orillar, entrever

"Él, ahora, solo, recuerda aquel día, los momentos anteriores al que la fotografía ha retenido de algún modo; recuerda el momento en que ella, al contemplar la perspectiva del Puente Nuevo y el Puente Viejo al fondo, desde la considerable altura del Viaducto donde están, dice con voz velada "¡Qué altos estamos!", y él responde, sin afectación, con naturalidad donde se confunden en verdad las circunstancias físicas y metafísicas, "Sí, estamos más cerca del cielo".

  Ahora, solo, definitivamente solo, piensa que han sido vanos todos sus esfuerzos por retener el amor, como si su vida fuese también un agua fluyente, apasionada, anhelando siempre quedarse en las riberas sosegadas que no le es dado sino orillar, entrever..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.50-51

jueves, 22 de noviembre de 2018

Del sulagado fondo

"A veces, el agua se detiene para contemplarlo todo, para copiar sus primeros sueños. Eso son los remansos; los lugares donde los arroyos se detienen a soñar sus primeros sueños. Van reflejando los árboles, los pájaros, las nubes..., entrañándolos en su hondura, en su memoria de agua, donde permanecen bajo el fluir de la corriente. Si uno se detiene, se queda con amor a la orilla de un arroyo, al costado de un remanso, puede sentir la belleza de todas estas cosas y cómo, a su conjuro, en su corazón la paz se aquieta, se ahonda, cual si el corazón fuera también un remanso donde todo se fuese reflejando, quedando; cómo del sulagado fondo va brontando un canto sin voz."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.49

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Sus suspiros anhelantes

"[Los arroyos son ríos pequeños, donde el agua salta y canta porque todavía ignora su amargo destino (los ríos grandes, como el Miño, que ya van sabiendo, pasan en silencio, pero si se escucha con amor pueden oírse sus suspiros anhelantes por quedarse en las riberas que van dejando a su paso: "Yo quisiera, quisiera..."); en los arroyos (el río de San Ciprián es un arroyo), en muchos sitios, los árboles juntan sus ramas de orilla a orilla, las entrelazan, como si se diesen la mano, formando arcos y bóvedas.]".

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.48-49

martes, 20 de noviembre de 2018

Si ti foras o regueiro

"Regresaban despacio, deteniéndose muchas veces, distanciándose las parejas. Se veía la mole del Puente Viejo, realzaba su belleza contra el poniente, los arcos como agrietados en el contraluz...

  Ella dice: "Me gusta el puente". En la mano estrechada, él siente los latidos apresurados, tensos, acordes a la intensidad del instante tan único. La emoción lo va colmando; llega hasta sus labios. Rompe a cantar muy quedo:

¡Ay, quén che me dera ponte
si ti foras o regueiro,

(El misterio de la copla va envolviendo a la muchacha, tejiendo con su melodía una trémula clausura que la aísla como una crisálida).

salgueiriño ao pé da fonte,
amieiral polo ribeiro...!

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

lunes, 19 de noviembre de 2018

El susurro dulcísimo del agua

"Al atardecer había unos instantes en que todo colaboraba a la revelación del prodigio: las orillas se diluían en la luz del crepúsculo; se ahondaban el silencio, la quietud; se sentían flotar, inmóviles, en un cauce irreal al margen de toda fluencia, como si el tiempo y el espacio hubiesen perdido sus dimensiones; las palabras eran innecesarias, vanas; se cogían las manos y se besaban a hurtadillas, rozándose apenas los labios; los suspiros planeaban sobre el susurro dulcísimo del agua..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

domingo, 18 de noviembre de 2018

A la par de la corriente mansa del estiaje

"Al final de aquel curso, el último del Bachillerato, empezaron a salir con las chicas en pandillas mixtas; iban de merienda a la orilla del río y allí, al arrullo del agua, comenzaban las escaramuzas de noviazgo. Luego, durante el verano, las parejas que habían cuajado hacían rancho aparte y se iban -todavía varias juntas- río arriba o río abajo, buscando los lugares donde escaseaban los bañistas; alquilaban barcas y se iban hasta el centro del río, buscando un total aislamiento, dejándose llevar por sus sentimientos a la par de la corriente mansa del estiaje."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.47

sábado, 17 de noviembre de 2018

La orillo pacientemente

 "En la décima de la trenza -ya muy posterior-, la imagen del río se perfila como un símbolo de aquel sueño fugaz, inaprehensible:

Como un gran río regresa
tu trenza, como un gran río.
El pensamiento sombrío
como un gran río atraviesa;
como un gran río, no cesa
de transcurrir su corriente.
La orillo pacientemente,
la rodeo..., vano empeño,
que jamás su errante sueño
se represa tras la frente."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.46

viernes, 16 de noviembre de 2018

Te irás con el agua de los días

"Te irás con el agua de los días,
te irás con todas tus palabras como pájaros...
Un hombre querdará eternamente encadenado a tu 
ausencia,
por las mudas orillas del recuerdo,
en aquel puente cotidiano para siempre.
Le crecerán, frondosas, la barba, la mirada
poblada de pájaros tristes y canciones purísimas;
por el cóncavo cielo de tu mano
revolarán las alas de sus sueños...
Tú -rotos todos los puentes de la ternura-
estarás sin orillas,
cada vez más distante..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.45

jueves, 15 de noviembre de 2018

Aglutinándolos

"Ella, tras un tiempo de indiferencia y silencio, comenzó a contestar a sus cartas. En las de ella, toda referencia era plural, sin dejar traslucir la mínima inclinación, lo qu los iba uniendo más y más, aglutinándolos, de modo que su vida toda giraba en torno a la casa - el puente, la orilla del río-, donde ella estaba casi siempre. Ahora bajaban con frecuencia a la orilla del río y paseaban bajo el muro de la huerta."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.44

miércoles, 14 de noviembre de 2018

"Estúpidamente por amores"

"Paseaban incansables por el puente, con la esperanza de verla asomarse a la galería, bajar hasta el muro de la huerta..., le escribían en común: largas cartas en las que, sobre todo, campeaba la lealtad de su litigio y donde siempre daban por sentado que ella sería para uno de los dos, sin admitir ni la más remota posibilidad de un tercero. (...) Y no comprendían cómo el profesor de Literatura del Instituto podía decir, refiriéndose a Larra, que se había suicidado "estúpidamente por amores"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.43

martes, 13 de noviembre de 2018

Lugares propicios

"Las riberas del Miño, por su belleza, son lugares propicios -proclives- a los sueños, al ensueño, al amor...

  Ella vivía cerca del río. Desde el Puente Nuevo se veía la casa: las galerías azules, la huerta, el  muro terminal... La huerta se escalonaba en bancales por la pendiente de la ribera y estaba contenida por un muro alto, abalconado sobre el río como un malecón; en las riadas, el agua rondaba el muro; a veces llegaba hasta él y lo acariciba con sus manos apasionadas, temblorosas..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.41-42

lunes, 12 de noviembre de 2018

El espíritu del río

"Pero la naturaleza lo asimila todo y acaba por imponerle su pauta, de modo que la mayor parte de los elementos urbanos están por completo identificados con el espíritu del río y en más de un caso no hacen sino resaltar su natural belleza; la del Puente Viejo casi no debe ponerse de ejemplo, porque es una de las mayores con que cuenta el río; en el valle, sólo comparable a la de los álamos de la desembocadura del Loña, enfrente de Oira."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.41

domingo, 11 de noviembre de 2018

Las riberas

"Las riberas del Miño a su paso por el valle de Orense están condicionadas por la presencia de la ciudad: las huertas y viñedos llegan casi hasta la orilla del agua (algunas casas están tan próximas que las riadas las alcanzan); hay tres puentes: el Viejo, el Nuevo y el Viaducto (de reciente construcción)."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.41

sábado, 10 de noviembre de 2018

Al río todo

""Vámonos, joder!,¡qué hostias hacemos aquí!" La voz tenía un tono acerado, agresivo, como si quisiese desafiarlos a todos: a ellos, al misterio insondable en que acababa de hundirse el noble camarada, al río todo, que seguía su curso, invariable, con lentitud dulcísima, ajena..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.39

viernes, 9 de noviembre de 2018

Ya en la orilla

"Aquel día, un día de principios de temporada (apenas apretaba el calor, apenas había gente en el río) fueron a bañarse a "Los Caños", una plataforma de cemento en la que se asentaban dos grande tuberías que hacían la traída de agua para la inmediata central eléctrica. Era un sito donde se bañaba poca gente, porque la profundidad era muy grande ya en la orilla. Aquel día estaban ellos solos, no se veía nadie por las cercanías."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.37

jueves, 8 de noviembre de 2018

"El río es libre"

"Las chicas apenas iban al río; sólo algunas, a sitios muy retirados y con alguien de su familia. Ellos las rondaban. "El río es libre", decían los armadanzas para justificarse ante los que se resistían a acercarse por timidez y los tachaban de "falderos". Pasaban ante ellas, nadando río abajo, cantando a voz en grito las canciones de moda; "...si me quieres matar, ¡miraméee"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.36

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Virilidad

"En el río iban haciendo el descubrimiento de sus propio cuerpos. Se avergonzaban pudorosos de sus formas casi neutras todavía y, para vencer la timidez, hacían alardes de virilidad diciendo procacidades: "Tienes piernas cachondas, de furcia (era como solían llamar a las prostitutas). Me dejas que te las magree". "Sí, toca cabrón, toca, ¡ya verás que gustazo te va a dar"."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.34

martes, 6 de noviembre de 2018

Rumoroso, espumante

"Por la tarde, en el Instituto, presumían ante los compañeros: "Nosotros fuimos esta mañana, y ¡está buenísima!".

  Por mayo, iban ya casi todos los días. El río venía muy crecido todavía, pero en las presas de los molinos se atenuaba la corriente y no había peligro si no se acercaba uno al extremo por donde rompía el cachón, rumoroso, espumante."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.33

lunes, 5 de noviembre de 2018

"Como el caldo"

"Un año fueron por primera vez ya la víspera de San José; fueron a la Pozanca de San Juan, una pequeña charca, bastante profunda, que tras el invierno se formaba cada año en medio del gran coiñal del Miño y que algunos resistía todos el verano sin secarse. Allí, el agua estaba siempre más templada; en el verano "como el caldo", decían."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.33

domingo, 4 de noviembre de 2018

"En pelotas"

"Ahora ya iban a bañarse solos. Al principio, a hurtadillas, como antes los hermanos mayores. Empezaban muy pronto, durante los últimos meses del curso escolar; no se atrevían a ir al Miño, que todavía bajaba muy hinchado por las lluvias y el deshielo; iban a los afluentes: el Loña, el Barbaña, y sse bañaban desnudos, "en pelotas", decían."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.32

sábado, 3 de noviembre de 2018

Un nutrido archipiélago

"se bañaban en las peñas de enfrente, donde ya en la orilla había mucha profundidad -"cubre", decían ellos-, porque todos sabían nadar. Venían río abajo y, al pasar frente a ellos, gritaban: "¡Don Felipe, don Felipe...! y, cuando él miraba, se zambullían dejando las nalgas fuera, y se veía un nutrido archipiélgo de culos en el centro del río."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.23-24

viernes, 2 de noviembre de 2018

El agua

"Algunas veces se atrevían ya a bajar a la orilla del río para ver el agua de cerca. Cogían en el coiñal pequeños cantos rodados -los más planos- y jugaban a "cortar la corriente". Las piedras, habilmente lanzadas a ras del agua, la tocaban  intermitentemente, a saltos sobre ella, como si rebotasen contra el plano ideal de la superficie fluyente. Iban contando los saltos -"uno, dos, tres..."- al principio muy distantes, tocando apenas el agua..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.27

jueves, 1 de noviembre de 2018

Bajo los propios arcos

"Por las cercanías del Puente Viejo -en el campo de los Remedios, bajo los propios arcos- acampaban los gitanos. Ellos los miraban con una mezcla de miedo, reminiscente de los todavía cercanos "cocos" infantiles, y envidia de su vida anárquica, libérrima, tan ajena al riguroso, invariable orden familiar de sus hogares."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.27