viernes, 27 de diciembre de 2019

El viejo Fedellaperna

“El viejo Fedellaperna, que sabía mucho, aportó su ciencia:

-Dios me perdone si ofendo a Su Divina Majestad, mas no sería novedad que Benito estuviera embrujado; otros lo estuvieron antes y otros lo han de estar.

El corro se apretujó aun más y esperó revelaciones extraordinarias. El viejo continuó musitando sus consejas:

-Tengo oído de un malhadado de Terrachá que resultó ser “lobishome”.

La señora Ramona Vigaira se santiguó otra vez y gimió:

-¡Dios nos aparte de tal!

-Eran siete hermanos, todos siete mozos sin ninguna moza entremedio; y a éste, que era el benjamín, tocóle la “fada” de ser “lobishome” y la tuvo siete años; y lo particular era que nadie le podía hacer mal mientras estaba con ella, porque la madición había de cumplirse.

Interrumpió, curioso, Antón Cerdeira:

-¿Y cómo acabó?

-Pasado su término, acabóse sólo el aojo y el “lobishome” volvió a su ser natural. ¡Había que ver cómo lloraba el cuitado las muertes que tenía sobre la conciencia!”

Martínez-Barbeito, Carlos. El bosque de Ancines.  Ayma editor de Barcelona, 1947. pág. 126.

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