martes, 28 de febrero de 2017

Una visita al convento (VII)


"La parte del Norte estaba ocupada por la Biblioteca que ocupa un local de 90 piés de largo por 30 de ancho.

Está además en este departamento la sala de billar, es rectangular, en uno de sus extremos hay una altísima y aislada chimenea, sostenida por cuatro columnas, de las cuales pendían tapices.

Segun parece era destinada para hacer café, chocolate, etc, para los frailes que iban allí a solazarse y que, como se comprende, eran los más ancianos, ó más bien dicho, los que mas privaban.

Cerca está la sala capitular, inmenso rectángulo, y al lado hay un salón con celosías desde el cual oían misa los frailes que por sus achaques no podían bajar á la iglesia.

Lo mismo la parte de Oriente que su continuación la del Norte fué edificada por el abad antes dicho en el año de 1617.

Al salir de la sala capitular nos encontramos con una ancha y espaciosa escalinata, que nos condujo á la puerta que servía de comunicación interior entre el convento y la iglesia.

La forrada puerta, al girar en sus enmohecidos goznes, rechina asperamente al tiempo que una onda de aire frio y húmedo nos azotaba el rostro.

Cuando nuestra vista se hubo acostumbrado á la semi-oscuridad que allí reinaba, nos acometió una mezcla tal de asombro y miedo, que nos dejó paralizados."

Heraclio Pérez Placer,
“El Escorial de Galicia”, El Álbum Literario, 25 de novembro de 1888, nº43, páx. 4-5. 

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