lunes, 27 de febrero de 2017

Una visita al convento (VI)


"La parte mas derruída es la que mira al mediodía, que á mi ver es la mas suntuosa del convento.

Consta de tres bóvedas superpuestas con tres ordenes de celdas.

La bóveda inferior tiene todo á lo largo una hermosa galería con arcos de estilo dórico.

Las celdas  principales tienen grandes balcones volados que forman juego con el del centro que dá luz á la escalera
.
Frente á esta fachada se estienden los diestrales del convento, con sus molinos de espumosas ondas y sus bosques de centenares y rugosos robles, bajo los cuales gimen sordamente las linfas de trasparentes  fontinas o de tímidos arroyuelos.

Al lado izquierdo elévase pequeño torreón con ancha y espaciosa azotea, donde los frailes daban á la vista esparcimiento y distracción contemplando el variado paisaje que desde él se columbra.
Fué hecha por el abad 58, Frai Simon de Montoya.

Es continuación de la parte de Oriente, si bien esta se hundió y fué reedificada por el abad 69 Fray Bartolomé Lopez.

Esta obra es la mas moderna del convento. Se estiende por toda la parte de Oriente y vuelta al Norte hasta llegar á la fachada, de la cual viene á formar parte colateral.

Por la parte de Oriente contiene 18 celdas cada cuerpo, bastante grandes y espaciosas.

Cada celda tiene un balcón de hierro volado y una ventana que dá al cuarto de estudio que cada uno tiene.

Esta era el ala destinada á los novicios y cada puerta conserva una regilla por donde de noche eran vigilados.

Tiene de largo 435 piés."

Heraclio Pérez Placer,
“El Escorial de Galicia”, El Álbum Literario, 25 de novembro de 1888, nº43, páx. 4-5. 

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