jueves, 10 de abril de 2014

La canalla procesal

"El resto de la canalla procesal, con sus escribas y civiles, se quedó hasta la noche; preguntaron a todo el mundo, comieron como puercos y escribieron innumerables papeles. A la tarde siguiente, volvió la guardia civil y se llevó a cuatro mozos; exactamente a cuatro que no habían tenido nada que ver con la tremenda paliza, que ni siquiera estaban en la casa aquella noche.

  Del tropel que llegara de Auria, sólo quedaron don Blas, el viejo notario de mamá Zoe, y el doctor Corona, con lo cual la casa se sosegó... quizá demasiado. Uno no sabía qué hacer ni qué pensar, si tener genta allí, si no tenerla..."

Eduardo Blanco Amor, Los miedos, ed. Destino, Barcelona, 1963, 1ª edición, páx. 225

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