viernes, 4 de abril de 2014

Aún le duraba el miedo

"A Rosa Andrea, desde que la abuela volvió de Auria, le daba por ir al rosario y por no separarse de los mayores, día y noche. Sobre todo de noche. En vez de hacerse la remolona, para quedarse un poco más después de la sobremesa, se iba a la cama pegada a María Cleofás. Supusimos que aún le duraba el miedo y no le dijimos nada."

Eduardo Blanco Amor, Los miedos, ed. Destino, Barcelona, 1963, 1ª edición, páx. 191

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