miércoles, 8 de marzo de 2017

Fundación de Osera (V)


"Munio Yáñez le donó los lugares de Cristimil y Pedre en Camba; Aldara Señorin, las heredades de Guitar en Santa Cruz; Munio Gutierrez de Buciños le dejó al morir cuanto tenia en Trasmonte; en Sabrego, en Susana, en Baria y el patronato de la iglesia de San Miguel, Payo y Fernández Gomez las villas de Faten de Poccel y Camejo, y así otros varios.

Como es de suponer solo citamos las donaciones más importantes dejando otro sinnúmero de ellas de menor cuantía, pero que su suma supone sin embargo una riqueza considerable que viene á ser como los primeros rendimientos de la fabulosa que después tuvo, y que hizo ser al convento envidia de reyes y magnates.

Y no se crea que exageramos, pues por mucho que se diga y que se sepa de la riqueza que el convento poseyó, aun no viene á significar la quinta parte de la que realmente tuvo y así es que no debe de estrañarnos el ver el cetro de las Españas humillarse ante la mirada abacial en busca de un puñado de doblones.

Como se ve, D. García podía estar satisfecho: el miserable edificio que para albergue de él y de sus hermanos tenia, empieza ya en sus tiempos á adquirir importancia y riquezas que es lo que realmente á los frailes importa en todos tiempos, y tranquilo podía ya disponerse para morir soñando una era de gloria y bienestar para su monasterio, cuando he aquí que un embrollado letigio viene amargar los últimos días de su existencia.

Los condes D. Rodrigo y Doña Froinla donaron los lugares de Partovia y Ermoriz, los casales de Baron, Aguiar, Piñeiro, Cobelo y todos los ricos bienes que componen el rico Priorato de Partovia, á D. Vidal abad de San Leonardo, monasterio de monges Premostratenses que estaba en Alva de Tormes, y cuatro años antes le había hecho donación de los mismos bienes al convento de Osera Doña Sancha Gomez hija de la condesa Doña Elvira y de ahí que los dos abades alegasen derechos á la posesión de dichos bienes."

Heraclio Pérez Placer,
“El Escorial de Galicia”, El Álbum Literario, 9 de decembro de 1888, nº45, páx. 2-3.

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