jueves, 18 de noviembre de 2021

Catafalcos y senilidades

 "Máximo aceptó, quizá porque tanto el Liceo como su hogar, eran esquelas grabadas en el aire del otoño que le recordaban catafalcos, pésames, senilidades y rips de diversa índole. Recogió el libro (don Eusebio leyó el título, "Diario de la guerra del cerdo") y ambos salieron al atardecer perfumado de la Plaza de las Flores; caminaron por la Rúa de Obra y en el bar Samuel pidieron dos copas de licor café, "aunque hace años que no bebo", aclaró Araújo, "y no sé cómo me sentará"."

José María Pérez Álvarez, Las estaciones de la muerte. Duen de Bux, Ourense, 2008. Pág.131.

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