viernes, 23 de noviembre de 2018

Orillar, entrever

"Él, ahora, solo, recuerda aquel día, los momentos anteriores al que la fotografía ha retenido de algún modo; recuerda el momento en que ella, al contemplar la perspectiva del Puente Nuevo y el Puente Viejo al fondo, desde la considerable altura del Viaducto donde están, dice con voz velada "¡Qué altos estamos!", y él responde, sin afectación, con naturalidad donde se confunden en verdad las circunstancias físicas y metafísicas, "Sí, estamos más cerca del cielo".

  Ahora, solo, definitivamente solo, piensa que han sido vanos todos sus esfuerzos por retener el amor, como si su vida fuese también un agua fluyente, apasionada, anhelando siempre quedarse en las riberas sosegadas que no le es dado sino orillar, entrever..."

Julio López Cid. El Río. Duen de Bux, Ourense,  2008. Pág.50-51

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